Rectorado
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"La educación en el Uruguay actual: ¿trampolín para la prosperidad o freno para el desarrollo?"

Asociación de Graduados de Universidades Británicas, 8/12/2010.

Versión editada de la conferencia dictada por el rector de la Universidad ORT Uruguay, Dr. Jorge Grünberg.

Señor presidente de la Asociación de Graduados de Universidades Británicas, señor Embajador del Reino Unido, señoras y señores, les agradezco mucho la invitación para estar hoy aquí con ustedes.

¿Cuál es la situación en la educación hoy en Uruguay? Una forma elocuente de describirla es parafraseando al rabino a quien sus alumnos le preguntaron por la situación de su escuela. El rabino contestó: “para ser breve, buena”. Los alumnos le piden entonces si puede explicar un poco más, y el rabino responde entonces: “En dos palabras, nada buena”.

Nadie duda hoy en día de que nuestra educación tiene problemas importantes que deben ser corregidos y en estos problemas y en eventuales soluciones me concentraré en un momento. Pero antes es importante pensar en el “metadebate”, es decir el debate sobre el debate educativo. Problemas sociales complejos como este no se solucionan con fórmulas o modelos sino a través de debates orientados por la razón, el pragmatismo y la consideración crítica de experiencias de otros contextos. Nuestro debate educativo está por el contrario dominado por el dogma y la insularidad, por luchas por el poder institucional que sustituyen debates informados y por prismas ideológicos que deforman la consideración racional de opciones de política pública. Las mejoras que requiere nuestra educación solo serán posibles en el largo plazo si mejoramos la calidad de este “metadebate”, transformándolo en un ejercicio social colaborativo, iluminador y generador de consensos.

Nuestra sociedad parece finalmente haber reconocido la necesidad de mejorar la educación uruguaya. Los resultados insatisfactorios que vemos hoy son consecuencia de un largo proceso de deterioro. Muchos uruguayos pensaron consciente o inconscientemente que frente al descenso del nivel de la educación pública todos podrían refugiarse en la educación privada. Pero llega un momento en que la marea al descender deja sin agua a todos y nos dimos cuenta de que la educación privada no alcanza para todos. También nos dimos cuenta de que muchos de esos jóvenes desilusionados de la educación pública y privados de oportunidades laborales de alta calificación caen fácilmente en relaciones y conductas propias de una sociedad fragmentada e insegura. La falta de recursos humanos de alta calificación limita el tipo de inversiones que atraemos al país. Hoy en día las inversiones que se realizan en Uruguay son de un bajo nivel de incorporación de tecnología: call centers, explotación de recursos naturales, armadoras de baterías de autos, pero no estamos atrayendo laboratorios de investigación, centros de producción de software o departamentos de diseño.

La discusión sobre la educación uruguaya no puede prescindir de un contexto porque no se la puede mejorar aisladamente. Mejorar el sistema educativo debe ser parte de una estrategia global de modernización del modelo productivo del país. No puede concebirse una educación innovadora y efectiva inserta en una sociedad que se resiste a cambiar códigos del siglo pasado. Por ejemplo, en este año en que todos estamos hablando de la necesidad de mejorar la educación, nuestro gobierno prohibió –(innecesariamente desde el punto de vista legal)- por decreto usar Skype para proveer servicios telefónicos, en una reafirmación fervorosa del monopolio de ANTEL.

En estos días se publicaron justamente declaraciones de los jerarcas de ANTEL. Contestando preguntas sobre la endémica carencia de ancho de banda en nuestro país estos jerarcas contestan que “el problema no es que falta de ancho de banda, es que los uruguayos quieren acceder a sitios en el exterior. Si los uruguayos accedieran a sitios web dentro del Uruguay, no habría problemas de velocidad”. Esa es una visión del país para la cual Internet no es una solución sino un problema. ¿Qué queremos que hagan con las computadoras los niños a quienes brindamos las computadoras del Plan Ceibal? ¿Que accedan a la Biblioteca del Congreso, al Louvre, al Museo del Prado, que vean el espacio a través del telescopio Hubble o que accedan al sitio web de Peñarol?

No estamos predeterminados por nuestra pobreza relativa a resultados educativos deficientes. Los resultados de la prueba PISA 2009 muestran que el PBI per cápita de los países explica solo el 6% de la varianza en los resultados. El paradigma dominante para la mejora de la educación en nuestro país ha sido hasta ahora el aumento del gasto público en educación pública. Pero pensar que el aumento de recursos va a conducir automáticamente a la mejora del aprendizaje es un ejemplo de lo que los antropólogos llaman “pensamiento mágico”. Tenemos que pensar en reformas antes que en gastos. Para reformar hace falta gastar, pero también hace falta planificar estratégicamente, definir objetivos y evaluar resultados. No se puede reformar sin gastar pero como hemos visto en nuestro país se puede gastar sin reformar y como es de esperar no asegura resultados.

Es el momento de discutir reformas concretas. Una de las propuestas más reiteradas desde ciertos sectores es hacer un “FONASA” para la educación, en particular para la educación secundaria. Es decir, un sistema que permita a todo ciudadano elegir el liceo al que desea asistir, público o privado. En mi opinión esta propuesta no es factible en esta etapa del Uruguay porque los stocks de capital humano docentes no son suficientes. Como está pasando en la salud, si dirigimos mucho más demanda hacia los colegios privados, causaríamos una degradación de su calidad y un empeoramiento aún mayor de los liceos públicos ya que muchos de sus mejores docentes serían atraídos por los liceos privados. En esta etapa necesitamos políticas públicas dirigidas a mejorar la calidad global del sistema y no a crear mayor competencia por los escasos recursos humanos disponibles.

En mi opinión y como estrategia central debemos cambiar la formación docente de Secundaria. Uruguay es el país de América Latina que exige menos formación para ejercer la docencia, solamente cuatro años cuando la norma internacional son cinco o seis. En Finlandia por ejemplo, todos los profesores tienen que obtener una licenciatura en la disciplina que quieren enseñar y posteriormente una maestría en pedagogía. Es decir que todos los docentes de Secundaria tienen por lo menos seis años de formación universitaria. Esto ayuda a que el docente tenga un mayor reconocimiento social y gracias al contacto con la investigación se mantenga más actualizado en su formación profesional. Según el informe McKinsey 2010, uno de los más influyentes sobre reforma educativa publicado recientemente en el mundo, una de las características de los sistemas educativos secundarios que han mejorado sostenidamente es que el ingreso a la profesión docente es de los mejores bachilleres de cada generación. En Corea del Sur ingresa a la profesión docente el 5% superior de cada graduación de bachilleres, en Finlandia es el 10%. En Uruguay, según estudios de Marcelo Boado de la Universidad de la República, los alumnos con los peores resultados en la prueba PISA 2003 fueron los que eligieron la docencia como profesión. Eso es algo que hay que cambiar.

Actualmente 15.000 docentes enseñan en Secundaria en nuestro país. Mi propuesta es mejorar el nivel de formación de una cantidad importante de esos docentes llevándolos a obtener una maestría a través un programa de quince años. Los docentes de secundaria que tienen un título profesional (y que por lo tanto pueden cursar una maestría) son aproximadamente 10.000, cursarían una maestría en pedagogía aplicada a la disciplina que enseñan. Adicionalmente propongo que todos esos docentes concentren su actividad en un solo liceo. Los alumnos de Secundaria no solamente tienen problemas de aprendizaje, sino que por su edad tienen problemas propios de la adolescencia, de orientación vocacional, de conducta, de relación, emocionales. Cuando el cuerpo docente está accesible en el colegio funciona como un recurso de contención de primera línea. Finalmente propondría que los docentes de mayor experiencia tengan un incentivo económico y de carrera, para que enseñen en los liceos con mayores problemas de conducta y de aprendizaje. Esta es una de las principales razones a que se atribuye el impresionante desempeño de los alumnos de los liceos de Shanghai en las pruebas PISA 2009.

En cuanto al nivel universitario, estamos en el “triángulo de las Bermudas”. Tenemos un problema de cobertura (hay pocos uruguayos que acceden a la universidad), tenemos un problema de calidad y tenemos un problema de equidad. Mi propuesta de política pública es que el ingreso a las universidades se base en una selección meritocrática basada en el rendimiento en secundaria y en entrevistas o exámenes de admisión complementada por un examen de egreso de la Secundaria que uniformice el conocimiento de los bachilleres. Adicionalmente debería haber un examen de egreso en las profesiones, lo que permitiría uniformizar el nivel en el momento del acceso al mercado laboral así como una obligación legal de recertificación. Todos los profesionales tendrían que tener cada cinco años la obligación de cursar y aprobar créditos de actualización para seguir ejerciendo la profesión.

Tendríamos que tener más proyectos públicos de infraestructura de conocimiento como la biblioteca digital que financia la Agencia Nacional para la Innovación e Investigación (ANII) y que estamos compartiendo todas las universidades. Finalmente, creo que una de las opciones importantes de política pública es la convergencia de evaluaciones entre universidades públicas y privadas, me parece un gran error lo que ha promovido el Ministerio de Educación, que es un proyecto de ley por la cual la universidad pública no es evaluada y las privadas sí.

Una palabra final que es sobre el tema de las universidades en el interior. El gobierno ha invertido un capital político muy importante en promover la idea del desarrollo de universidades en el interior. Pero no hay capital humano suficiente de académicos en el Uruguay para crear universidades en el interior con este modelo rígido instituido legalmente por el cual todas las universidades uruguayas deben hacer todo y de la misma manera: enseñanza, investigación y extensión. No se puede construir un sistema universitario moderno de modelo único. De hecho la UNESCO promueve la diversificación de misiones en la educación superior con instituciones universitarias que enseñan, otras que tienen perfil de investigación, otras que tienen perfil más de trabajo con empresas. No hay suficientes personas de alta especialización en nuestro país para potenciar el desarrollo de las universidades existentes en Montevideo. Si una institución busca un Contador Público que sepa firmar un balance se presentan cientos, pero si uno busca un contador con un Doctorado en Sistemas de Información y con una experiencia comprobada de investigación no encuentra ninguno. Entonces, si en Montevideo no podemos conseguir profesores del nivel que necesitamos, ¿cómo los vamos a conseguir en Paso de los Toros o en Rivera?

Existen alternativas si pensamos con flexibilidad y sin dogmatismo. Por ejemplo la educación a distancia. Tenemos que usar el SODRE, crear una red de fibra óptica nacional, utilizar la red de televisión por cable, permitir el cable módem, capitalizar los equipos entregados por el plan CEIBAL. También se pueden hacer instituciones politécnicas con un modelo más nuevo, de asociación público privado, de asociación entre productores y educadores, de asociaciones con las universidades de los países fronterizos, que están cerca de muchas zonas de nuestro país.

Estas reflexiones y propuestas eran las que quería compartir hoy sobre la educación uruguaya. Les agradezco mucho su atención.