El jueves 4 de julio de 2013 se llevó a cabo en el hemiciclo de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay la conferencia “Israel y Turquía. El reinicio de las relaciones diplomáticas”, organizada por el Departamento de Estudios Internacionales. La ponencia estuvo a cargo de Alberto Spectorowski, Doctor en Ciencia Política por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Según el experto, las pretensiones hegemónicas de Turquía en la región llevaron a un enfriamiento en la relación con Israel, aunque los intereses estratégicos comunes volvieron a acercar a los dos países. El golpe de Estado en Egipto, sin embargo, es un “llamado de atención” para Turquía y su política internacional, afirmó el experto.
Según explicó Spectorowski, desde 2003, cuando Racep Erdogan asumió como Primer Ministro de Turquía por el Partido por Justicia y Desarrollo (AKP), el ejército perdió espacio en la vida política. El AKP es un partido islamista que chocó con un ejército que hasta ese entonces tutelaba que la política cumpliera con una constitución secular.
Según explicó el politólogo, Erdogan gana en las elecciones de 2002 y luego conquista el Estado, removiendo a la oficialidad, y relegando al ejército a los cuarteles. Estos cambios fueron sustentados gracias a cambios estratégicos en Medio Oriente y al éxito macroeconómico de su gestión. El experto afirmó que hoy Erdogan, “pisa firme” a pesar de un estilo “arrogante y personalista” que motiva las protestas que se sucedieron en las últimas semanas.
“Erdogan quiere recuperar el prestigio del antiguo imperio Otomano. Tiene una visión de que Turquía debe hacerse fuerte en la región más allá de los acuerdos económicos sociales con otros países. Quiere tener un papel clave y quiere un nuevo Medio Oriente liderado por él”, dijo Spectorowski.
En este marco, es que las relaciones entre Turquía e Israel se enfrían a partir de 2002, luego de que ambos países tuvieran una excelente relación durante la década del 90. Era una relación de “hermandad política y militar” que llevaba a Israel a invertir en el ejército turco, explicó el experto. Se trataba de un arreglo estratégico entre Israel y el secularismo turco en donde ambas naciones se oponían a un levantamiento islámico en Medio Oriente, y asumían una lucha conjunta contra el terrorismo en la región. Inclusive Israel presionaba para que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos le abrieran paso a Turquía, explicó el experto, aunque en la UE siempre hubo reticencia a incorporar un país musulmán.
Pero desde que Erdogan llega al poder en 2002, “Turquía se dio cuenta de que utilizar a Israel para acercarse a Estados Unidos y Europa no era necesario. Tenía poder económico propio, con lo que no había necesidad de entrar en la UE”, explicó el politólogo. “Hoy Turquía no necesita a una Unión Europea en crisis, está mejor sola”, afirmó Spectorowski. Según el experto, Turquía entendió que Estados Unidos seguía siendo una potencia pero cada vez menos efectiva, y “la gran plata” no estaba en occidente sino en Asia. “Sin Israel, Turquía puede desarrollar su propio poder, ser la dueña de la región, con lo que Estados Unidos le va a pedir ayuda a Turquía”, evaluó.
Ante esta estrategia, Israel “no pudo hacer mucho”. “Quiso mantener una relación con Turquía cuando a la propia Turquía no le convenía. Los síntomas de rompimiento aparecen cuando Erdogan hace amistad con Hamas, el movimiento palestino más radical que está separado de la Autoridad Palestina. A su vez, Turquía tampoco mostró mucho énfasis en el control del desarrollo nuclear de Irán, con lo que se distanció de Israel.
Hoy sin embargo, hay un acercamiento por intereses estratégicos comunes. La desintegración de Siria puede armar a los kurdos separatistas del este de Turquía, cuya situación hoy está controlada. Turquía tampoco ve bien los crímenes de Bashar al Assad en Siria contra los suníes, rama islámica a la que pertenece Erdogan. Tampoco ven con beneplácito la instauración de una hegemonía chiita liderada por Irán, y en ese sentido vuelven a acercarse a Israel. Asimismo, una alianza entre Turquía e Israel es útil para Estados Unidos que puede mantener controlada la zona sin una intervención militar en el corto plazo.
El golpe de Estado en Egipto, es un llamado de atención para la Turquía de Erdogan. Según estimó Spectorowksi, el ejército turco observa cómo se desarrolla el golpe en Egipto y la “calidad” de las manifestaciones en Turquía, que según evaluó son impulsadas por la clase media en un escenario similar al brasilero. “Si están las condiciones, el ejército turco da un golpe de Estado porque los turcos están acostumbrados a los golpes. A Israel no le viene ni bien ni mal un régimen autoritario, siempre y cuando los apoye”.