Conferencias y artículos

Programa Internacional de Animación - Universidad ORT Uruguay

Escuela de Diseño - Facultad de Comunicación y Diseño, 17/11/2011.

Discurso (en versión editada) del rector de la Universidad ORT Uruguay, Dr. Jorge Grünberg, pronunciado el jueves 17 de noviembre de 2011 en el marco de la presentación académica del Programa Internacional de Animación.

Señor Presidente de la Agencia Nacional para la Investigación e Innovación, señor Presidente del California Institute of the Arts, señor Encargado de Negocios de los Estados Unidos de Norteamérica, señor Ex Embajador de los Estados Unidos, señor Presidente de Indunor, señora Directora General de ORT Uruguay, autoridades de instituciones amigas que hoy nos acompañan, señores amigos de ORT, autoridades y cuerpo académico de nuestra universidad.

Me alegra recibirlos hoy en nuestra casa, en esta ocasión en la cual presentamos un proyecto académico único en nuestro país y a nuestro conocimiento único en la región, por su originalidad y por su ambición. Una de las cosas que aprendí de mis padres, que por suerte están hoy presentes, es el valor del agradecimiento y éste es uno de los valores que apuntamos a formar en nuestros alumnos. Estos valores no se pueden enseñar a través de materias, estos valores se enseñan a través de la conducta misma de la universidad, tal cual la viven los alumnos, y por eso este acto de hoy, que es fundamentalmente un acto de agradecimiento, lo vemos como parte de nuestra responsabilidad formativa.

El Programa Internacional de Animación nace de nuestra convicción de que nuestro país tiene que cambiar. Cambiar nuestras ambiciones, aspirar a participar de la verdadera creación de riqueza en el mundo actual, que es a través del conocimiento, la innovación y el emprendimiento. Estamos cansados de exportar creativos e inteligentes y queremos exportar creatividad e inteligencia. Queremos imaginar nuevas formas de creación de valor, que generen en nuestro país puestos de trabajo de alta calidad, que jerarquicen y aprovechen la educación y la cultura que distinguen a nuestros ciudadanos. La comunicación, que es la disciplina que nos ocupa hoy, es una de las supremas expresiones de creación de valor a partir de la creatividad humana, no requiere inmensos capitales, ni grandes territorios, ni riquezas minerales. Requiere creatividad y ejecutividad. Ese potencial de crear valor a partir de productos intelectuales, es la verdadera riqueza inagotable que tenemos.

La Animación es una de las ramas de la comunicación de mayor crecimiento a nivel mundial, en particular a partir de la capacidad de producirla y distribuirla por medios digitales. Tenemos la ambición de promover la creación de una plataforma de producción de animaciones en nuestro país, que nos permita ser parte de esta creación global de riqueza. Queremos que en esta disciplina Uruguay sea el primero y el mejor en la región, y una presencia conocida y respetada en el mundo.

Ya tenemos en nuestro país talentosos y ambiciosos emprendedores que han dado pasos valiosos en esta industria, pero sabemos que debemos crear nuevas generaciones de técnicos y profesionales formados con estándares globales para que estos mismos empresarios pioneros puedan conformar equipos calificados para lograr una producción exportable competitiva.

Pero este conocimiento especializado es muy escaso a nivel mundial y por eso tuvimos que ir a buscarlo a uno de los pocos lugares en donde se encuentra, el California Institute of the Arts o CalArts. Por supuesto que CalArts no estaba esperando a que una pequeña universidad uruguaya vaya a proponerle un proyecto semi Quijotesco, por eso tuvimos en aquel momento que re-escribir el contrato de trabajo del Embajador Baxter. En lugar de trabajar para Estados Unidos en Uruguay, lo pusimos a trabajar para Uruguay en Estados Unidos. Y gracias a sus gestiones y a su aporte personal, logramos establecer esta colaboración con un centro líder a nivel mundial en esta disciplina como es CalArts. Esperemos que Estados Unidos y muchos otros países nos sigan enviando embajadores como él.

En CalArts encontramos un interlocutor especial como es el Dr. Lavine. Steven no habla español, no conocía ORT y tampoco el Uruguay, pero confió en nosotros, confió en ORT y confió en un proyecto que hace dos años sonaba lejano como Marte, ahora quizás bastante más cercano, como la Luna. Esperemos que en dos años más lo veamos como parte de la realidad tangible y promisoria de un país más moderno, capaz de retener sus talentos para producir valor intelectual desde nuestro propio país. Ya me imagino a la nueva generación del Ceibal creando la próxima Era de Hielo, Toy Story o Ratatouille en Uruguay. Ya me imagino la marca Uruguay en el cine digital, en la TV interactiva, en los videojuegos como sinónimo de innovación. Ya me imagino a las empresas uruguayas del sector metiendo goles como Suárez en los festivales internacionales.

Esta es una ocasión valiosa para destacar el poder de la colaboración, ya que como país relativamente pequeño en relación a nuestros vecinos, debemos hacer que nuestros recursos rindan al máximo. Y esta iniciativa es un ejemplo todavía raro, pero emblemático de colaboración entre universidad y empresa. Dado lo excepcional de la colaboración entre empresas y universidades en nuestro país, es que quiero destacar la actitud de la empresa Indunor y en especial de su Presidente el Sr. Pedro Baridon en apoyar este proyecto. Indunor viene apoyando generosamente este proyecto, y no solamente con aportes materiales, sino con el aporte valioso de Pedro como empresario experimentado y agudo observador de la realidad nacional. Creo que esta colaboración de Indunor con nuestra universidad no es solamente valiosa en sí misma, sino en cuanto a lo que significa como ejemplo de compromiso de empresas con la formación y un ejemplo para nuevos empresarios.

Este es además un ejemplo elocuente de colaboración, no sólo entre empresa y universidad sino entre empresa, universidad y Estado. Es en realidad un ejemplo de la famosa triple hélice, que es el modelo de desarrollo más efectivo en la sociedad del conocimiento. El Estado, que interviene en este caso a través del novedoso régimen de donaciones vigente, facilitó que esta iniciativa se pueda transformar en realidad. Esto muestra que las relaciones entre Estado, universidades y empresas y en general entre el Estado y la sociedad civil, no tienen por qué ser adversariales ni de desconfianza. El Estado no es un obstáculo, ni la universidad es un centro desconectado de la realidad, ni la empresa por buscar su lógico beneficio deja de tener visión de futuro o interés por el bien común. Esperamos que esta triple hélice siga funcionando a cada vez mayor velocidad para el bien de toda nuestra sociedad.

Agradezco nuevamente a todos ustedes por estar hoy con nosotros y en especial a nuestros socios, CalArts e Indunor, que estoy seguro nos seguirán acompañando en este esfuerzo incesante por brindar nuevas oportunidades educativas a los uruguayos.

Muchas gracias.