Norbert Monfort, profesor de ESADE Business School, una de las mejores escuelas de negocios de Europa, y profesor visitante del Program for Management Development (PMD) de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay, explicó cómo guiar a los grupos para fomentar ambientes laborales óptimos. La conferencia fue el viernes 16 de agosto de 2013 en ORT Pocitos, ante un auditorio repleto.
“Nuestra responsabilidad como managers es dotar los escenarios para que la gente vaya a darlo todo”, puntualizó Monfrot, y aseguró que los entornos pueden favorecer un buen desarrollo de las tareas, pero ese entorno es el que deben manejar los managers.
Monfort, psicólogo, magister en recursos humanos y en desarrollo organizacional, y co-fundador y socio-Director de la consultora Cookie Box, recordó las tres principales generaciones que trabajan actualmente en las organizaciones. La generación de los Boomers, que por su edad en general ocupan los cargos de mayor responsabilidad. Se criaron en una cultura de esfuerzo. Luego viene la “Generación X”, que va a la empresa porque “tiene que vivir”. Y por último, la generación más joven: la “Generación Y”, que quiere, fundamentalmente, divertirse.
“Dales escenarios para que aprendan equivocándose”, dijo Monfort respecto a la “Generación Y”. Según cree, a diferencia de los Boomers, estos jóvenes están acostumbrados a tener siempre otra oportunidad. Por eso hay que enseñarles mediante el juego y crear márgenes para el error. “Debemos ser pastores de gatos. Los gatos siempre vienen cuando ellos quieren”, como la “Generación Y”. “La lealtad no está en su ADN. Esta gente quiere cambiar en función de los retos. Quieren estar contentos con lo que hacen”.
Por otro lado, Monfort recordó que las empresas utilizan para todo un indicador de éxito, menos a la hora de gestionar personas. “Para traer gente se va a pecho descubierto. Sin método. Pero para gestionar personas sí hay un método”.
El profesor mostró luego a los presentes un fragmento de Los Cuatro Fantásticos, que tienen los superpoderes necesarios de un buen manager. Por un lado tienen flexibilidad, necesaria para adaptarse a lo que la gente pide. También tienen firmeza y pasión, para manejar a todas las personas. Y por último, el superpoder más imperioso según Monfort, la invisibilidad, que implica la humildad y el saber delegar. “Vamos a dejar el escenario para que la gente funcione autónomamente. Hay que gestionar desde la confianza. Y los Boomers no fuimos educados en la confianza”.
“¿Qué es dirigir?”, se preguntó. Dirigir es “hacer hacer”. “Yo no he de hacer. Yo he de hacer que hagan. Yo marco la guía pero hacen ellos”, dijo y agregó que las empresas deberían dejar crecer a sus empleados en el área de expertise técnico para que las personas que no gustan de manejar gente también puedan desarrollarse.
Monfort mencionó un perfil profesonal diferente: el “tecnager”, una mezcla de técnico y manager. “La gente necesita saber que no eres el mejor en algo pero que sabes de ese algo”. Sin embargo, a la hora de elegir se queda con el manager, ya que es este rol el que va a ilusionar. “El técnico sabe lo que hace pero lo va a hacer él”.
Luego, mostró un video en el que Riccardo Muti, antiguo director musical del teatro de ópera La Scala de Milán, recibía un premio. En este video, Muti mostraba las principales características que tiene que tener un buen manager. Primero, el story telling, saber contar historias. “Contemos historias, expliquemos y transmitamos emociones a la gente”, explica.
El sentido del humor también es importante. Además, ninguna empresa se asegura, siendo seria, el éxito. Por último, la humildad. “El yoismo lo destroza todo. Dale a tu gente el auténtico protagonismo”, dice Monfort. “Olvidémonos que el manager tiene que ser servido. El manager está para servir”.
“Desaparecer” es la palabra clave, según el profesor. “Sobre todo, rompamos paradigmas que me han llevado a estar en un lugar exitoso, pero que, si los sigo utilizando, ya no me sirven”.
Finalmente, habló de los equipos de alto rendimiento, que deben tener tres bases. Primero es, justamente, su nivel de rendimiento, que es muy superior al de otros equipos. “Les dan más plata y funcionan mejor”, dice. Luego viene la autonomía. El manager está para mantener la cohesión, no para marcar directivas. Por último, la estabilidad: “No puedo crear un equipo de alto rendimiento con rotaciones continuas”.
Mostró varios videos para ilustrar estos ejemplos. Uno de ellos fue el del partido del Mundial sub 20 en el que Uruguay eliminó a España. Juan Verzeri, el director técnico de esa selección uruguaya, casualmente estaba en el auditorio. Monfort lo hizo pasar al frente para que el público lo aplaudiera y hasta le pidió para sacarse una foto con él.