La mesa se desarrolló en la Facultad de Ingeniería de Universidad ORT Uruguay y contó con la participación del Dr. Omar Macadar, presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), de Raúl Sendic, expresidente de ANCAP, y del Ing. Roberto Kreimerman, ministro de Industria, Energía y Minería.
Abrió la mesa Macadar quien dijo que si bien la producción de tecnología en Uruguay ha llevado mucho tiempo y ha sido un proceso lento, hemos logrado un sector de biotecnología.
Destacó la importancia de contar con varias universidades tanto públicas como privadas, además de que haya una asociación entre la academia y la industria.
Valor agregado
A continuación, Raúl Sendic aseguró que “el mundo actual ha tenido un proceso de valorización muy grande de los alimentos” y que esto abre una ventana de oportunidades a Uruguay y a su economía “porque tenemos condiciones que nos han permitido desarrollar calidad en la producción de alimentos”.
Buenas tierras, abundante agua y un saber hacer en materia de producción de alimentos le ha permitido a Uruguay lograr una excelente producción de arroz, de lácteos y de soja, además de buenos vinos, todos productos que tienen calidad de exportación.
El expresidente de Ancap sostuvo que la producción de alimentos debe tener un mayor agregado de valor para lograr una economía más virtuosa, y este agregado de valor puede lograrse con biotecnología, genética y tecnología.
Como ejemplo mencionó la experiencia que tuvo Ancap con el desarrollo de biocombustibles en el cual aplican biotecnología.
La interrelación entre las cadenas productivas
Por su parte, el Ing. Kreimerman señaló que la biotecnología es un "tema crítico" para el país y aseguró que en el marco de un mundo que se transforma en su economía y sus modelos productivos, las cadenas productivas han alcanzado un punto tal de interrelación que han dejado paso a los complejos donde se conjugan la producción de bienes y servicios, los sectores público y privado, la academia y las actividades agropecuarias, industriales y de servicios.
Es por esto que impulsar a estos complejos resulta clave para el desarrollo de Uruguay y la mejora de la calidad de vida de todos.
Por otro lado, explicó que la biotecnología resulta de gran importancia porque junto a las nuevas energías y a las TIC, es uno de los tres pilares de la revolución tecnocientífica que vive el mundo actualmente.
Catorce proyectos, catorce soluciones
El Mag. Carlos Sanguinetti, coordinador académico de Biotecnología, destacó los catorce proyectos de grado que están haciendo los estudiantes de la Licenciatura para obtener su título.
Dentro de los trabajos, algunos son emprendimientos propios, otros se desarrollan en la industria láctea, donde existe un nicho muy importante para trabajar en biotecnología; también hay estudiantes que están trabajando en tratamiento de efluentes en bodegas, mientras que otros trabajan en conjunto con la Facultad de Química en la identificación de carotenoides.
Sanguinetti dijo haber llegado más lejos aún, “nos hemos animado a trabajar en la selección negativa de células cancerosas humanas de médula ósea”.
Este repaso por los diferentes proyectos demuestra la gran cantidad de demanda insatisfecha que existe en el mercado nacional, que a medida que comiencen a surgir profesionales formados en biotecnología es probable que suceda lo mismo que ocurrió con las TIC hace treinta años.
"Cuando empezamos a inyectar profesionales formados en el mercado, las TIC se transformaron en una industria. Esperamos ocurra lo mismo con la biotecnología” finalizó el Coordinador Académico.