Autoridades de la universidad, profesores, familiares, amigos y compañeros de generación, tengan ustedes muy buenos días.
Permítanme en primer lugar agradecer especialmente haber sido seleccionada para estar aquí hoy y dirigirles la palabra en nombre y representación de esta generación de colegas arquitectos, a quienes doy mis felicitaciones y respetos por este logro.
Espero representarlos como se merecen en este momento en el cual culminamos nuestro primer recorrido universitario.
Hoy se hace público lo que, durante mucho tiempo acariciamos en secreto.
Este es el mejor fruto del esfuerzo conjunto de la familia, los docentes, los amigos y por sobre todo del nuestro propio.
Disfrutemos este momento que nos merecemos y guardémoslo en el corazón para realimentar nuestra voluntad cuando ésta en algún momento flaquee.
A nuestros padres y familiares: gracias por soportar que vuestro hogar se transformara en talleres, que toda la casa se viese inundada de cartones, pegamento y afiches. Que no hubiera hora para tener gente en casa, que no hubiera tiempo de computadora disponible para otra cosa que no fuera para Autocad y por todos los innumerables sacrificios que hicieron por nosotros, sus hijos y los compañeros de sus hijos.
A los amigos: gracias por compartir este anhelo con nosotros y entender que tantas ausencias eran justificadas.
A los docentes: gracias por vuestra dedicación incansable, vuestra paciencia, por la exigencia y el respeto, por la libertad que nos otorgaron para crear y crecer.
No pretendo que recuerden permanentemente el mensaje que quiero transmitirles, pero si espero que lo disfruten mientras se les cuento, en él se resume la esencia de lo que aprendí en estos años.
Y una cosa que aprendí es que debemos buscar incansablemente la forma de seguir enamorados de lo que hacemos.
Vivimos en un momento de complejidad, de diversidad, de inmediatez, pertenecemos a la generación de la informática y las telecomunicaciones, la globalización es hoy parte inseparable de nuestra realidad.
Esto nos permite acceder a mucha información al instante, sobre los más diversos temas e intereses.
Pero, la sustancia que se requiere para ayudar a un amigo o un familiar en un momento difícil, o para lograr plasmar un sueño arquitectónico, lo que se necesita para maravillarse de una creación concretada con pasión, para innovar en los proyectos en los que se asuma un compromiso; eso no se baja de ningún lado, no se descarga de ningún website.
No podemos "descargar" inteligencia, pasión, creatividad, compromiso, eso hay que forjarlo "a la antigua", observando, escuchando, viajando, reflexionando, tal como lo hemos hecho hasta ahora en nuestra vida académica.
Buscar nuestra identidad y nuestro propio camino puede resultar difícil pero ciertamente no es un imposible.
Durante nuestros estudios hemos recorrido la historia del hombre y su arquitectura, hemos estudiado el desarrollo tecnológico, las organizaciones políticas y sociales, las formas de producción y de comercio, el interés humano por trascender.
Debemos poder sintetizar las experiencias propias y las ajenas, lograr el reposo espiritual que permita un análisis intenso, que nos conduzca a concluir ¡Cuánto QUEDA POR DESCUBRIR, POR APRENDER, y POR LEGAR AL FUTURO!
Estamos en un punto en el cual debemos encarar la responsabilidad de pasar por un tamiz todo lo que se da por obvio. Siempre hay una versión nueva por explorar, aún sobre lo que ya mucho se ha dicho, todavía hay mucho por descubrir por nuestra arquitectura.
Les propongo a mis recientes colegas un desafío: "dejemos de lado los dogmas, no reconozcamos por válida ninguna moda, ningún paradigma, o criterio de valoración ajeno que no reconozcamos como propio, demos rienda suelta a nuestra creatividad y nuestra pasión, exploremos, investiguemos, siempre con la responsabilidad de saber que podemos transformar para bien o para mal el ambiente que nos rodea.
Logremos arquitectura que impacte en el alma y en la belleza pero que no lo haga en forma negativa en el medio que nos sustenta. Llenemos de espíritu nuestras creaciones por pequeñas que ellas sean.
¡Qué bella y que útil es nuestra profesión, arquitectos! podemos unir, arte ciencia, y tecnología. No tengamos miedo ni vergüenza de tener metas altas; seamos soñadores empedernidos, persigamos esos sueños e ilusiones porque tenemos todas las herramientas para hacerlo con éxito.
Voy a citar a Steve Jobs creador de Apple Computer y Pixar Animation Studios en un discurso que dio en la Universidad de Stanford que ya muchos deben conocer y con el cual me siento muy identificada:
"Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, que ustedes se gradúan para empezar de cero, deseo eso para ustedes..."
Esa avidez debe estar fundada en algunas premisas trascendentes para mí, y que hemos reforzado a lo largo de nuestra formación: la tolerancia, el respeto por las ideas del otro, el reconocer los triunfos ajenos, el cultivar la paciencia, la responsabilidad, aprender a sustentar las ideas propias, no creerse nunca los únicos dueños de la verdad.
A ustedes, quienes sufren y disfrutan de nuestras creaciones les propongo otro desafío: cuestiónennos, exíjannos, ayúdennos a brindarles lo mejor de nosotros. Créanme estamos preparados para ello.
Una piedra por sí misma es una hermosa creación de la naturaleza, una piedra junto a otras en una catedral es una hermosa creación del hombre y la naturaleza: Trabajemos juntos para lograr sublimes creaciones, hagamos lo que hagamos amémoslo y busquemos la perfección en un marco de libertad, sana competencia y mutuo respeto.
Todos tenemos nuestra propia luz interior, tenemos el desafío de buscarla y perseguirla para poder ponerla a brillar.
Suerte para todos, y nuevamente gracias.