Hasta hace unos años Ismael se desempeñaba como docente de la Facultad de Ingeniería, era asistente de investigación en el grupo de Matemática Aplicada a las Telecomunicaciones (MATE) y además ingeniero en TCC, pero la posibilidad de hacer un doctorado en el exterior le empezó a atraer y comenzó a buscar oportunidades.
Un amigo le sugirió la posibilidad de un doctorado en el Centro Aeroespacial Alemán (dedicado a la investigación para aviación y vuelos espaciales) y a pesar de que no hablaba el idioma y de que no tenía contactos mandó mails a diferentes profesores, adjuntando su currículum y una carta de recomendación que le hicieron los coordinadores del grupo MATE.
“Mandé a los mails que aparecían en la web del Centro, hasta que a un profesor le gustó mi currículum y me ofreció participar en su equipo. Para poder mantenerme, el Servicio Alemán de Intercambio Académico me otorgó una beca”, cuenta Ismael.
Su doctorado es en robótica y el proyecto al que se sumó se llama Automatic Planning for applications in Industry 4.0. “Mi tema en particular es ensamblaje automático para fábricas en el futuro. Básicamente desarrollo un sistema que, dado el producto a ensamblar, genere automáticamente los comandos para que los robots efectúen el ensamblaje”, explica.
A pesar de los cambios y de estar lejos de su familia, Ismael disfruta: “es como Disneylandia pero de robots, hay una variedad gigante de proyectos y mucha gente muy preparada y también muy accesible, dispuesta a ayudar”.
Vive solo en Germering, una ciudad a 25 kilómetros del centro de Múnich, cerca de su trabajo. Hay algunas diferencias culturales a las que todavía se está acostumbrando, como por ejemplo la sinceridad de los alemanes: “ellos son muy directos a la hora de criticar y al principio eso choca, después de un tiempo te acostumbrás y te das cuenta de que lo hacen para bien”.
Otra es el idioma; confiesa que su frase más usada sigue siendo “¿Sprechen Sie Englisch?” (¿Hablás inglés?). “Estoy haciendo un curso intensivo para mejorar, por ahora en el trabajo me comunico en inglés”.
Los fines de semana sale con amigos e intenta viajar, aunque confiesa que por trabajo y por el curso de alemán no ha tenido mucho tiempo. “He viajado un poco pero no tan seguido como esperaba; igual conocí varias ciudades alemanas, Suiza, Irlanda y Gran Bretaña”.
Hasta setiembre de 2019 estará trabajando en su doctorado y tiene la opción de quedarse un año más, así que la idea de volver todavía ni pasa por su cabeza. “Me costó mucho tomar la decisión de venir a Alemania a hacer el doctorado así que por ahora ni me planteo qué voy a hacer en tres años”, afirma.