Más de 600 fallecidos y cerca de USD 6.000 millones fueron el saldo del paso del huracán Georges en setiembre de 1998 por el Caribe. Fue el primero de esa temporada en alcanzar la categoría tres, que afectó a 10 áreas entre países, islas y estados.
Mientras afuera el viento llegaba a ráfagas de casi 200 kilómetros por hora, en la cantina de un recinto de la ciudad Puerto Plata, República Dominicana, un centenar de jóvenes resolvían a la luz de la vela seis problemas que formaban parte de la Olimpíada Iberoamericana de Matemática, dirigida a preuniversitarios. Entre ellos estaba el ingeniero eléctrico Andrés Ferragut, hoy profesor asociado al área de Redes de Datos e investigador de la Universidad ORT Uruguay, quien era uno de los tres integrantes de la selección —originalmente eran cuatro, pero uno nunca llegó a destino por las cancelaciones de vuelos por el huracán —que representaba a Uruguay.
En aquella competencia, que transcurrió en circunstancias poco normales, Ferragut alcanzó su máximo logro a nivel de olimpíadas internacionales, una medalla de bronce. “Cuando estaba en quinto de liceo participé en la Olimpíada Matemática del Cono Sur y también estuve en la primera Olimpíada Internacional a la que fue Uruguay, que fue en 1997 en Mar del Plata, Argentina. Siempre quedé a mitad de tabla, al igual que la mayoría de mis compañeros, porque teníamos una preparación que no se comparaba a la de otros países”, recuerda hoy.
Entrenamiento militar en matemática
Diego Goldsztajn, Ingeniero en Telecomunicaciones graduado de ORT y asistente docente de investigación del grupo Matemática Aplicada a las Telecomunicaciones y Energía de la universidad, también tiene un pasado olímpico y coincide con su colega en que los problemas de las pruebas internacionales están planteados para diferenciar a los europeos del este, chinos y estadounidenses, quienes siempre logran despegarse de los participantes de los demás países por su talento y entrenamiento.
ORT apuesta por los olímpicos una vez más
Por segundo año, ORT albergará esos talleres impulsados por la Com-Partida, que si bien su objetivo principal es el de dar herramientas a los jóvenes para enfrentar el tipo de problemas que se presentan en las Olimpíadas, sin duda sirven como paso previo a la final nacional que se llevará adelante el 28 de octubre para todos los niveles de secundaria.
También son útiles para liceales que vayan a asistir a la Olimpíada Iberoamericana de Matemática en España y Portugal entre el 21 y el 29 de setiembre.
Este año, los talleres se realizarán los días 2 y 9 de agosto, entre las 17:00 y las 19:30 horas. Goldsztajn es uno de los docentes que los dictará, junto a integrantes de la Com-Partida. Los preuniversitarios que quieran prepararse en estos talleres pueden informarse e inscribirse a través de la Com-Partida. El mail de contacto es: lacompartida@gmail.com.
Quien logre el primer puesto en la próxima olimpíada local ganará además la posibilidad de cursar una carrera de grado con una beca del 100 % en la Universidad ORT Uruguay.
Es más, comenta Goldsztajn, en la comunidad está instalado el mito de que a los estadounidenses los entrenan en West Point, la academia militar de aquel país.
En 2011, este ingeniero de 24 años obtuvo una mención de honor en la Olimpíada Iberoamericana de Matemática en Costa Rica y en 2012 alcanzó la medalla de bronce en la Olimpíada Matemática de Asia y el Pacífico. También logró dos preseas de oro en el plano nacional, una de las cuales le permitió acceder a la Olimpíada Internacional de Ámsterdam, Holanda, en 2011.
Más allá del desempeño puntual en esas instancias mundiales, tanto Ferragut como Goldsztajn concuerdan en que más que una competencia contra el resto de los participantes, es un desafío personal.
Lo que más rescatan de esas instancias no son los premios, sino la experiencia. “Las olimpíadas me sirvieron para mi carrera laboral por la actitud y por el gusto por resolver problemas desafiantes. Es algo que mantenemos los que hacemos investigación, es ese bichito de la curiosidad, de enfrentar algo que no sabés la respuesta. Incluso en investigación es más difícil porque no sabés si se puede resolver. En una olimpíada los ejercicios, más o menos difíciles, tienen una solución”, explica Ferragut.
La importancia del boca a boca
A pesar de todas las ventajas que le implicaba a un estudiante preuniversitario el hecho de participar en olimpíadas, el boca a boca fue lo que históricamente ayudó a que las olimpíadas nacionales siempre tuvieran participantes.
En 1987 fue la primera experiencia del ingeniero electricista Freddy Rabin, catedrático de ORT que coordina todas las materias de matemática que se dictan en la Facultad de Ingeniería de la universidad.
“Me enteré por algún profesor que tuve la suerte de tener. La preparación para las Olimpíadas Nacionales de Matemática, que ese año se llevaron adelante en Salto y Paysandú, estaba a cargo del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) en aquel entonces. Nos juntaron a 10 participantes y nos prepararon durante un mes”, cuenta Rabín.
Cinco años después, sin embargo, el MEC se desligó de aquellos entrenamientos, pero los docentes a cargo, que consideraban la resolución de problemas como la herramienta más importante para el aprendizaje de matemática, formaron la Com-Partida de Matemática del Uruguay, un proyecto educativo surgido en 1992 por iniciativa de aquel grupo de profesores de matemática.
“A partir de eso hubo una especie de empuje por traer gente nueva y, es más, la Com-Partida tenía los vínculos necesarios como para que Uruguay comenzara a asistir a las olimpíadas regionales y mundiales”, explica Ferragut.
La unión hace la fuerza
Varias décadas después de la creación de la Com-Partida los esfuerzos comenzaron a centrarse en la conformación de sólidos talleres de preparación con mayor y mejor difusión. En este sentido, 2017 fue el primer año en el que se dictaron estos talleres para preuniversitarios en la Universidad ORT Uruguay.
El planteo surgió de la Com-Partida. Leonardo Lois, integrante de ese colectivo, se contactó con la universidad para ver si existía la posibilidad de hacer talleres en conjunto, explica Rabín. De acuerdo con el catedrático, la asociación se concretó porque desde ORT se percibió una oportunidad para enriquecer a los jóvenes en el área de la matemática.
Ferragut, por su parte, destaca el hecho de que una universidad se involucre y dicte talleres. “Está bueno incentivar la participación en las olimpíadas también, porque te ayuda a abrir la cabeza a la hora de resolver ciertos problemas. Por suerte, hoy hay un poco más de conciencia, porque están las Olimpíadas de Física y las de Química, y hay una comunidad que está trabajando en estas cosas. También creo que ha mejorado la visión de los nerds en el mundo… No sé si se lo debemos al avance tecnológico o a The Big Bang Theory, pero es algo que ayuda”, agrega.