Una intensa actividad laboral y de voluntariado se entremezclan en la vida del estudiante del séptimo semestre de la Licenciatura en Gerencia y Administración, Samuel Dresel (34 años), quien reconoce que las herramientas que le proporciona la carrera le sirven para el ejercicio profesional de la gerencia, tanto en el ámbito comercial como en el institucional, así como para llevar adelante el Proyecto Shoá, auspiciado desde sus comienzos por la Universidad ORT, que promueve la universalización del mensaje de respeto y tolerancia hacia el prójimo a través de la difusión de lo ocurrido en la Shoá (Holocausto del pueblo judío).
A continuación un resumen de la conversación con el estudiante, quien desde mayo asumió el cargo de Director Ejecutivo en la Nueva Congregación Israelita del Uruguay (NCI), institución socio-cultural-religiosa fundada por judíos alemanes en 1936.
¿Cuál es tu función en la NCI?
Empecé a mediados de mayo de este año a trabajar como Director Ejecutivo. Estoy a cargo de toda la institución, si bien ésta se divide en un área Administrativa-Contable, un área de Cultura y otra de Culto. De todas formas, mi tarea principal consiste en ocuparme diariamente es de las tareas administrativo-contables, lo cual incluye todo lo relacionado con el manejo de números y presupuestos; en definitiva, de hacer que la institución funcione desde el punto de vista administrativo y que la contabilidad esté al día.
¿Cómo funciona en la NCI el engranaje que componen los empleados, los voluntarios y los integrantes de la Comisión Directiva?
Para entenderlo podemos trazar un paralelismo con una empresa. La Comisión Directiva es como el Directorio; en la NCI son 12 personas que se juntan una vez por semana para dar los lineamientos generales que debería tener la institución; además, ellos son voluntarios por lo cual cada uno tiene una especialización en alguna de las áreas en las que trabajamos; asimismo tenemos el staff profesional de aproximadamente 40 personas, 15 de ellas trabajando en el edificio de la NCI, y otras que lo hacen de forma voluntaria.
¿Cuál es la diferencia entre ocupar un cargo gerencial en una empresa privada y hacerlo en una institución comunitaria?
Yo provengo del mercado de la informática y he comprobado que todos los mercados tienen algo en común en la forma de dirigirlos y gerenciarlos. Mi experiencia en el ámbito privado, así como lo aprendido en la Licenciatura en Gerencia, me ayudaron a entender esa forma de gerencia moderna que es la que aplico en la institución, cuyas características tradicionales son las del trabajo formal, ordenado y estricto, acorde con las características principales de sus fundadores de origen alemán.
¿Qué te aporta la Licenciatura en Gerencia y Administración?
Para mí, la carrera es una caja de herramientas: cuando estaba en el mundo comercial las utilizaba para las técnicas de venta y gerenciamiento; actualmente lo hago para las tareas contables, administrativas, financieras y de recursos humanos, área en la cual no había incursionado.
¿Cómo surgió el Proyecto Shoá?
Integraba un grupo de jóvenes denominado Unión de Universitarios Judíos que se ocupaba de establecer contactos, en el ámbito académico y político, para dialogar sobre temas realtivos a la comunidad judía uruguaya e Israel. En cierto momento planteé la necesidad de llevar adelante un proyecto relacionado con la Shoá, y dos de los integrantes del grupo, Patricia Catz y Uri Lichtenstein, estuvieron de acuerdo. Nos reunimos en una casa para delinear lo que queríamos hacer y así comenzó el proceso.
¿Cuál fue el apoyo que les brindó el Departamento de Estudios Judaicos?
Creíamos que para hacer un proyecto había varias instituciones que teníamos que integrar. Buscamos y conseguimos el apoyo de la Presidencia de la República, la Intendencia de Montevideo y el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (Codicen). Por otro lado, en el área académica, coincidimos en que ORT tenía que ser el socio para transmitir este mensaje, y de hecho lo continúa haciendo anualmente a través del dictado de un curso para educadores.
Ahora están en una etapa de internacionalización del proyecto. ¿De qué se trata?
Cursando la Licenciatura en Gerencia aprendí el concepto de franquicia, que lo apliqué al Proyecto Shoá con el objetivo de transformarlo en una franquicia cultural, en el sentido de trabajar como si fuera un producto de venta pero en este caso intangible. Se trata de diez “entregables” -que son el knowhow del proyecto- los cuales permiten realizar la muestra en cualquier parte del mundo cambiando el idioma e incorporando la impronta de cada país (por ejemplo, incluyendo a los sobrevivientes de la Shoá que inmigraron a ese país y mencionando situaciones internas vinculadas a la temática de los derechos humanos). En los últimos tres años estuvimos viajando a diferentes congresos internacionales para presentar el proyecto y vender la franquicia, con el objetivo de reinvertir la ganancia en proyectos locales y no con fines lucrativos. Hace seis meses empezamos a encontrar los frutos de ese trabajo: en mayo de este año inauguramos la exposición en San Pablo, en enero de 2011 lo haremos en Bogotá, y en marzo en Santiago de Chile.
¿Y qué están realizando a nivel local?
El Proyecto Shoá no se queda solo en la muestra sino que hoy estamos activos con una actividad educativa en Secundaria con la cual ya llegamos a más de 25 liceos y 2500 alumnos, aunque con la idea de llegar a 6000 alumnos a finales de año. Para el año que viene queremos llevar el proyecto al interior del país, desde donde hemos tenido mucha demanda.
Entrevista publicada en setiembre de 2010
El 20 de enero de 2011 el presidente colombiano Juan Manuel Santos mencionó al estudiante Samuel Dresel en su discurso de inauguración de la muestra educativa Shoá, Memoria y Legado del Holocausto.