“Para que la madera sea un material que esté entre las opciones del proyectista, ingeniero o arquitecto, tienen que conocerla y estar seguros de sus propiedades”, afirma el ingeniero argentino Alfredo Guillaumet*, profesor titular del Área Estructural en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Argentina, quien visitó la Facultad de Arquitectura de Universidad ORT Uruguay para brindar una conferencia y dialogar con las autoridades para generar una red de colaboración con el objetivo de “normalizar la madera en el uso estructural de nuestros países”. Para conocer un poco más sobre esta red y sobre la realidad de la madera como un material válido para la construcción, entrevistamos a Guillaumet.
-Usted llegó a Montevideo en una visita tecnológica. ¿Con qué objetivo?
-La intención es armar una red de colaboración entre Universidad ORT Uruguay, Universidad de Valladolid, la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Tecnológica Nacional de Argentina. Se trata de poner una semilla para empezar a compartir experiencias e información entre universidades, apuntar a objetivos comunes en la normalización de la madera en el uso estructural en nuestros países e incentivar su uso en la construcción.
-¿Cuál es la idea del convenio?
-Hacer un convenio amplio de colaboración entre instituciones, que lo vamos a llevar a cabo directamente entre universidades. No vamos a firmar un acta de constitución de una red, sino un convenio bilateral entre universidades, que van acompañados por convenios específicos para los cuales estamos definiendo tareas. Pretendemos hacer proyectos de investigación, brindar asistencia mutua para desarrollar proyectos en común, trabajar en la formación de posgrados con intercambio docente, directores de tesis, tanto en maestrías como en doctorados.
-Se pretende trabajar con madera de álamo uruguaya y argentina.
-Dentro de las pautas generales, estamos tratando de ver qué nos está dando resultado y contrastar. Ahora trajimos un poco de madera de álamo, que ya ensayamos en campo elástico en Venado Tuerto, para que el ensayo sea repetido acá, de manera de poder comparar resultados. La intención es enviar un poco de madera para unos estudios de durabilidad. Forma parte de las colaboraciones. Vamos a ver qué resultados obtenemos en ambos lugares cuando utilizamos álamo.
-¿Por qué decidió usted especializarse en el tema de la madera en la construcción?
-El grupo de investigación en el que empezamos a trabajar en Venado Tuerto se inició con estructuras de hormigón. Pero me interesaba estudiar la madera, así que con un pequeño grupo comenzamos a trabajar esa área, asesorados y apoyados por una facultad en la que yo tenía experiencia en el área de madera para uso estructural. Así comenzamos con el desarrollo del proyecto por un interés particular en ese campo.
-¿Por qué considera importante construir en madera?
-En realidad, es un material más que tenemos a disposición. En Argentina se forma mucho al estudiante para construir estructuras de hormigón y de acero. La madera es un material muy amigable por su calidez. Le da a los ambientes un aspecto especial y la madera tiene un ciclo compatible con el medio ambiente. Incentivar el uso de la madera significa incentivar el aumento de superficies de bosques implantados; proteger el bosque nativo, porque se están dando alternativas; hay todo un ciclo de carbono que se recupera a través de la madera; la deposición final de la madera después de que termina su ciclo útil es amigable para el medio ambiente, al revés que los otros productos que generan desechos, como los de una estructura de hormigón o de mampostería. Lo mismo pasa con las estructuras de acero, porque hay que pensar en un reciclado. Pero para que la madera sea un material que esté entre las opciones del proyectista, ingeniero o arquitecto, estos tienen que conocerla y estar seguros de sus propiedades, que a diferencia de las del hormigón y el acero, que salen netamente de un proceso industrial, tiene propiedades variables por el lugar de procedencia y el tratamiento que tuvo en el camino. Si no le brindamos la información al profesional para que la use con confianza en sus propiedades, no la va a utilizar.
-¿Considera entonces que a los arquitectos les está faltando estar más informados sobre las propiedades de la madera?
-Sí, y a los investigadores nos falta suministrarles la información. Tanto en Argentina como en Uruguay no hay tradición de construcción en madera. Hay que hacer una evaluación de defectos, de propiedades, y esa información, puesta a disposición del profesional, hace que su uso sea más simple. A eso le sumamos que hoy la tendencia en estructuras no es madera aserrada, con el tronco cortado en la forma que conocemos, las vigas, sino la madera laminada estructural, que tiene un proceso industrial de láminas pegadas a través de una cola y un procedimiento que tienen que ser los adecuados, y que nos brinda una alternativa estructural muy importante. Estamos sumándole al producto original madera un valor agregado a través de un proceso tecnológico, y a los profesionales de la construcción un producto realmente muy útil y muy ventajoso.
-¿La madera es subvalorada en el campo de la arquitectura?
-No sé si la palabra es subvalorada. Depende mucho de la facultad. Conozco más el caso de Argentina (no puedo hablar mucho de las universidades uruguayas), en el que tanto en la formación de ingenieros civiles como de arquitectos, la madera como material, el proceso de construcción en madera y las estructuras de madera ocupan un tercer lugar en tiempos de formación después del hormigón y el acero, y a veces están bastante lejos. Entonces, más que subvalorada, está ignorada dentro de algunas currículas en algunas carreras.
-Eso con respecto a las facultades y las carreras, pero ¿qué sucede con respecto al desempeño profesional? ¿También está ignorada en ese plano?
-Es que los profesionales no van a usar un material que no conocen. El que tuvo la inquietud y se interesó en el tema está trabajando con madera, pero masivamente no sucede lo mismo debido a que hay desconocimiento. Todos tendemos a utilizar lo que conocemos, lo que estamos seguros de cómo funciona, y dejamos lo que no conocemos para cuando tenemos tiempo para estudiarlo. Es un tema de seguridad en el uso de los productos. Nadie va a pensar una estructura importante con un material cuyas propiedades no conoce.