Durante la conferencia online “Vuelta al trabajo”, estudiantes del Master en Dirección de Recursos Humanos, quienes lideran las áreas de gestión humana de sus equipos, abordaron los desafíos y los aprendizajes que vivieron en el sector retail a partir de la emergencia sanitaria por el COVID-19.
El evento, organizado por la Escuela de Postgrados en negocios de la Universidad ORT Uruguay, se llevó a cabo el jueves 25 de junio de 2020.
Expusieron Leticia Freiría —Licenciada en Psicología, jefa de Gestión Humana de Grupo Mosca Uruguay—, Agustina Scandogliero —Licenciada en Comunicación Social, jefa de Recursos Humanos del Punta Carretas Shopping—, y Adriana Pera —Licenciada en Psicología, gerenta de Recursos Humanos de Cuatroases—.
Incorporar capacidades
El viernes 13 de marzo de 2020, al confirmarse los primeros casos de coronavirus en el país, Grupo Mosca Uruguay estableció las principales líneas con las que comenzaría a gestionar la crisis sanitaria.
La primera medida fue crear un comité de crisis, con el objetivo de garantizar la seguridad del equipo, el cumplimiento de las recomendaciones a nivel de salud y el cuidado de los activos de la compañía.
En segundo lugar, instauraron el teletrabajo. El 18 de marzo cerraron todos los puntos de venta y enviaron al seguro de desempleo por suspensión de actividades a más de 200 personas, pero mantuvieron operativos a los jefes de tienda. “Nos pareció fundamental el cuidado de estos líderes. Los necesitábamos cerca, comprometidos, informados”, explicó la Lic. Leticia Freiría.
Hoy Mosca tiene todos sus puntos de venta operativos, en diferentes condiciones. “Hemos incorporado aprendizajes y capacidades, al igual que nuestros clientes. Por ejemplo, a partir de esta situación, hay clientes que por primera vez pagaron una cuenta a través de internet”.
“Implementamos también reuniones de retrospectiva, al finalizar cada semana, para decidir qué hacer diferente y qué seguir haciendo igual”, agregó.
Desafíos y aprendizajes
El Punta Carretas Shopping enfrentó diversos desafíos: manejar el home office, reorganizar las prioridades, asegurar la continuidad de la empresa, utilizar plataformas de reuniones y, por último, planificar la reapertura.
“Hoy podemos decir que la situación se manejó bastante bien, pero al principio lo único que sabíamos es que en Europa esta crisis estaba haciendo estragos y que las personas tenían mucho miedo de ir a trabajar”, afirmó la Lic. Agustina Scandogliero.
Los desafíos de la vuelta al trabajo implicaron:
- Considerar criterios de seguridad y salud, así como establecimiento de protocolos.
- Trabajar con nuevas demandas, que implicaban pensar los costos del retorno, elaborar un plan de transición, comprender las necesidades de los colaboradores.
- Buena comunicación con los colaboradores, establecer una cultura de comportamiento sanitario.
Uno de los aprendizajes, para Scandogliero, fue entender que podían “trabajar de otra manera”. En este momento, “aforo y protocolo son dos palabras que ya forman parte de la cultura de la organización”.
También destacó el repensar la estrategia y los objetivos de la empresa, así como reinventarse para una nueva normalidad y cuidar a las personas, conteniéndolas y entendiendo sus realidades.
“Como en toda crisis, siempre surgen líderes: personas que sin ser formalmente líderes se hicieron cargo de sacar adelante tareas que se les habían encomendado. Hoy los tenemos en cuenta para el día de mañana”, indicó.
“Ninguno de nosotros vamos a ser los mismos que los que éramos antes, porque hemos tenido que desarrollar habilidades y trabajar en múltiples roles a la vez”.
Comunicación, planificación, integración
Ante el COVID-19, la Lic. Adriana Pera contó que Cuatroases tuvo varios desafíos:
- Aumentar la frecuencia y las vías de comunicación, funcionar como sostén de los trabajadores ante la incertidumbre.
- Potenciar el intercambio de conocimientos y áreas, compartir información para la toma de decisiones, y apelar a la creatividad para plantear alternativas ante un cierre prolongado.
- Planificar y anticipar en un escenario incierto, minimizar el impacto negativo de las medidas, utilizar las herramientas disponibles.
“Durante la etapa de cierre de las sucursales, se logró una integración en la organización que antes no existía”, señaló Pera.
Luego fue la etapa de reapertura, “estábamos preparados para volver cuando nos dijeran, tanto desde el punto de vista del cuidado de las personas, como en lo referente a la información y la corresponsabilidad. El regreso implicaba que cada uno comprendiera las consecuencias que podía tener el no tomar las medidas necesarias”.
Pera concluyó que la crisis expuso más claramente fortalezas y debilidades de Cuatroases. A la vez, permitió repensar el negocio y la organización a través de nuevos canales de comunicación, incentivo a la innovación, así como la implementación de tecnología y gestión de manera remota.