Además de representar a Uruguay en esta experiencia única, Agustín es fundador de Ventia, una startup que creó un CRM de ventas enfocado en mejorar la productividad de los vendedores.
“El programa dura una semana, pero yo me quedo tres meses”, cuenta desde San Francisco.
“Vine a explorar el ecosistema, conocer emprendedores y buscar oportunidades que potencien mi proyecto o me conecten con startups en las que realmente quiera colaborar”.
Una oportunidad alineada con sus sueños
Agustín se enteró del programa Puentes por LinkedIn y enseguida recibió mensajes de amigos: “Me dijeron ‘esto es para vos’. Era lo que yo estaba buscando: vivir en esta ciudad y estar en contacto con gente que está construyendo tecnología”.
El proceso de postulación incluyó la entrega de un CV y un video técnico. Él presentó una aplicación que desarrolló como ChatGPT, pero para usarlo de forma local desde la computadora, sin necesidad de estar conectado en línea.
Para participar del programa en total fueron seleccionados ocho jóvenes, seis uruguayos y dos argentinos.El programa fue diseñado por un uruguayo radicado en Silicon Valley con el objetivo de traer talento técnico al corazón del ecosistema emprendedor global.
Conocimiento de primera mano
Durante una semana, los participantes asisten a charlas con fundadores de startups, como Guillermo Rauch, el argentino detrás de Vercel, una compañía radicada en Estados Unidos que simplifica el desarrollo de sitios web y aplicaciones, y es ampliamente usada por desarrolladores de todo el mundo. “Son personas que ya levantaron capital o están formando sus equipos. Hablar con ellos te cambia la cabeza”, asegura Agustín.
Ese contacto directo con quienes están liderando el desarrollo tecnológico mundial es uno de los diferenciales del programa. “Acá tenés acceso a personas que están construyendo las herramientas que usamos todos los días. Estás a tres cuadras de ellas o compartiendo un café”, dice.
De ORT al mundo, con espíritu emprendedor
Agustín fundó Ventia cuando recién comenzaba la carrera. Hoy, con 23 años, cursa el quinto semestre de la Licenciatura en Sistemas, aunque su formación se ha visto atravesada por el crecimiento de su empresa.
“La carrera me dio una forma de pensar y de estructurar ideas que fue clave para emprender”.
“Además, gracias a la universidad llegué al CIE, el Centro de Innovación y Emprendimientos de ORT, donde pude empezar a desarrollar Ventia y conectarme con una comunidad que compartía mis intereses. Fue mi primer acercamiento real al mundo emprendedor”.
Su startup, que comenzó como una idea en paralelo a los estudios, hoy está en una etapa de expansión y exploración. Si bien no puede adelantar todos los planes, apunta a seguir creciendo internacionalmente: “La idea es expandir Ventia y aprovechar todo lo que estoy aprendiendo acá para nutrir el proyecto”.
Silicon Valley como lugar en el mundo
Además del aprendizaje técnico, Agustín destaca el valor de la cultura de trabajo en San Francisco. “Es una ciudad pensada para construir. La mayoría está haciendo su startup o trabajando de día y construyendo de noche. No hay distracciones, todo gira en torno a crear”.
Uno de los aprendizajes más importantes que se lleva hasta ahora es el poder de una buena historia. “Siempre que vengo a Estados Unidos lo veo más claro: a veces lo que termina marcando la diferencia es cómo contás tu historia. No solo para conseguir inversión, sino para sumar gente a tu proyecto. La gente quiere subirse a una historia de victoria, quiere sentirse parte de algo que va a crecer. Si lográs transmitir bien tu visión, podés abrir muchas puertas”, asegura.
Agustín se siente inspirado por referentes como Nicolás López, fundador de Horizon, también graduado de la facultad, y emprendedores como Guillermo Rauch. El graduado cierra la charla con una reflexión clara: “Acá siento que estoy en mi lugar en el mundo”.