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Crowder: “la revolución de la inversión privada” desde el CIE al Banco Central

26/06/2024
Luego de un largo proceso de trámite para su habilitación, la empresa incubada en el Centro de Innovación y Emprendimientos de ORT fue un bastión en el crowdfunding al recibir el primer permiso del BCU para operar en financiamiento colectivo.
*De izquierda a derecha: Guillermo Rodríguez, Andrés Piccardo, Nicolás Fornasari, Rodrigo Álvarez, Mateo Infantozzi, Martín Larzabal, Esteban Vidal y Nicolás Rodríguez*

En 2020 el Banco Central del Uruguay (BCU) emitió una nueva regulación que habilitaba a desarrollar plataformas de inversión de financiamiento colectivo (crowdfunding). Poco más de tres años después, el 4 de enero de este 2024, una empresa recibió el primer permiso de funcionamiento para administrar una plataforma de esta índole. La empresa se llama Crowder, fue incubada en el Centro de Innovación y Emprendimientos de la Universidad ORT Uruguay y el pasado 18 de junio comenzó definitivamente a operar.

A grandes rasgos, el financiamiento colectivo o crowdfunding consiste en la posibilidad de que cualquier persona pueda invertir en una startup o pequeña empresa, con montos accesibles.

Es decir que toca las dos puntas: por un lado le permite al "ciudadano de a pie" acceder a inversiones accesibles, destinando poco dinero a un proyecto que considere rentable a un determinado plazo; y, por otro lado, colabora con el desarrollo de las pequeñas empresas al facilitar las oportunidades de percibir ingresos mediante pequeñas inversiones, pero que acumuladas pueden servir como grandes impulsos económicos.

"El financiamiento colectivo está pensado para que puedan acceder inversores minoritarios a oportunidades de inversión en empresas, a cambio de la entrega de obligaciones negociables (cuando la empresa toma esa plata prestada para devolverla con capital e interés) o acciones (cuando uno compra una participación en la empresa y el éxito o fracaso de la inversión depende de los resultados anuales de esa empresa)”, explicó Guillermo Rodríguez, cofundador de Crowder junto a Nicolás Fornasari.

La oportunidad de mercado

Rodríguez es abogado y desde hace años trabaja vinculado al ecosistema emprendedor: "Empecé a asesorar a startups y me empecé a vincular con las incubadoras. Así fue que di con el CIE, a mi gusto la mejor incubadora del país, y emprendí con SOY y después con Crowder".

A partir de la experiencia de ambos, identificaron que el acceso al financiamiento para una startup es difícil, porque "no todas son para un Venture Capital (capital riesgo para startups con potencial de crecimiento y modelo de negocios escalable), el espectro es mucho más grande y muchas quedan afuera de la foto", explicó Rodríguez. Por lo tanto, la cantidad de pequeñas empresas que no consiguen capital para sus proyectos es la oportunidad de mercado que encontraron.

Y agregó: "Después nos dimos cuenta de que esa oportunidad de mercado era mucho más grande, porque también hay un montón de empresas que, más allá del venture capital, buscan financiamiento, pero cuentan con grandes trabas para acceder a él (ya sea por demoras, por análisis de riesgo, etc.). Entonces esas empresas van a buscar financiación en el mercado privado a un costo carísimo”. Ahí es donde entra Crowder, sirviendo como alternativa para obtener inversiones a partir del financiamiento colectivo.

"Además, hay un montón de inversores minoristas que no tienen dónde invertir sus ahorros de forma segura y regulada, y lo que hace Crowder es una actividad regulada por el BCU, que supervisa todas nuestras operaciones. Pero para invertir en bolsa o con un corredor, por ejemplo, necesitás mínimos de 5.000, 10.000 o 20.000 dólares. Acá la gente puede entrar con 100 dólares", indicó.

El apoyo recibido y la puesta en marcha

Según explicó el cofundador, Crowder recibió una ronda de inversión pre-semilla con inversores ángeles uruguayos, y después fueron apoyados con capital semilla por la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), y más recientemente por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), donde el CIE fue la institución patrocinadora. Pero insiste en que fue un proceso súper demandante porque "fue un bastión" al tratarse de la primera empresa habilitada para operar en crowdfunding por el BCU, lo que implicó un trámite súper burocrático.

Las empresas que quieren operar con Crowder son sometidas a un comité de evaluación de proyecto liderado por profesionales, que evalúan cada empresa antes de decidir si se avanza o no, respecto a qué tanto potencial de crecimiento tiene y qué tantas inversiones podría atraer.

La puesta en marcha de Crowder fue el pasado 18 de junio y al día de hoy ya tiene una empresa cotizando: Foxsys, especializada en servicios de portería remota y seguridad para edificios, que tiene como meta recaudar un millón de dólares (USD 1.000.000) de inversión en dos meses. En una semana ya lleva recaudados casi USD 150.000, equivalentes a un 14 % del objetivo. El monto mínimo para invertir es de USD 100.

"Si no se llega a la meta hay dos opciones: que la empresa igual tome los fondos y decida invertir con ellos, o que no los tome y se haga la devolución a cada inversor sin cobrarle comisión", señaló Rodríguez.

En cuanto a la receptividad del público, aseguró: "Tenemos claro que no es algo de generación espontánea. Hay un proceso de educación, de informar y explicar qué es Crowder y cómo funciona, un proceso de educación financiera. Hay muchísima gente que nos escribe y nos hace preguntas, y tratamos de responderles a todos para darles información para que se sientan seguros (de dónde están poniendo su dinero)".

Y concluyó: "Estamos contentos con el arranque porque en tres días ya juntamos casi 100.000 dólares, lo que es una buena señal. Pero entendemos que hay que ir paso a paso. Queremos que esta primera emisión sea exitosa para que sea un faro de guía y sirva de motivador seguir agregando nuevas emisiones".

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