“Mi familia y el diario son inseparables”, cuenta Andrés Riva, docente y graduado de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad ORT Uruguay. Nació en Florida, en una familia en la que todos sus miembros estaban vinculados de alguna forma al diario local de referencia: El Heraldo.
Desde que tiene memoria, Andrés colaboró con la empresa familiar. Trabajó en la imprenta, como cadete y luego como fotógrafo. A los 16 años escribió sus primeras notas y así empezó a formarse, a través de la práctica, como periodista. Por eso Andrés dice que comenzó a ejercer el periodismo casi sin darse cuenta, heredando una tradición por la que habían pasado su bisabuelo, su abuelo y su padre.
Hoy, con 29 años, es el director de El Heraldo y además integra el consejo directivo de la Organización de la Prensa del Interior (OPI). En la Universidad ORT Uruguay es docente de Posverdad: Periodismo y Política y Sistema Internacional Contemporáneo, una asignatura de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales.
Con todo ese camino recorrido, Andrés se postuló este año a un programa que ofrece el Gobierno de Estados Unidos y fue el único uruguayo elegido por el Departamento de Prensa y Cultura de la Embajada de Estados Unidos en Montevideo para participar en la edición 2019 del Edward R. Murrow Program for Journalists, en el formato International Visitors Leadership Program.
El programa tiene como fin examinar los derechos y responsabilidades de la prensa en una democracia; observar las prácticas, las normas y las instituciones del sistema mediático en Estados Unidos; y explorar el impacto de los medios digitales y las redes sociales en la disponibilidad y la veracidad de las noticias, entre otros.
Con esas consignas, y junto a otros 17 periodistas de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Venezuela, Andrés viajó a Estados Unidos desde el 3 al 21 de junio para recorrer cuatro ciudades y visitar los principales diarios del lugar.
En esta entrevista, Andrés contó en qué consistió este programa y cómo logró ser electo, y repasó su carrera profesional, que combina periodismo y Estudios Internacionales.
¿Cuáles fueron los criterios por los cuales te eligieron para participar en el Edward R. Murrow Program for Journalists?
El programa se enfoca a jóvenes en posiciones de liderazgo, algo que en Uruguay no siempre es fácil de encontrar. Por eso creo que mi rol como director de El Heraldo y a la vez el de integrante más joven del Consejo Directivo de la OPI sumaron a mi elección.
A eso debo agregar mi trabajo académico en la Universidad ORT Uruguay como docente. Este año, junto con Alfonso Lessa (también docente de ORT), tuvimos la oportunidad de crear un curso electivo titulado Posverdad, Periodismo y Política. Este intento de profundizar reflexivamente sobre la vinculación de los medios y la política en la era de la posverdad posiciona a la universidad a la vanguardia de una serie de discusiones muy importantes que a nuestro país llegan con cierto retraso.
¿Qué significa para ti haber sido electo?
Es una oportunidad y un reconocimiento. Pero también una responsabilidad, porque creo que los medios se encuentran en un momento en el que los cambios son rápidos, profundos y sucesivos. Conocer la realidad de aquellos que se encuentran en la vanguardia implica buscar formas exitosas de evolucionar para nuestro medio.
¿Cuál fue tu itinerario allí?
El itinerario es muy intenso. Visitamos Washington DC; Louisville, Kentucky; Columbus, Ohio; Dallas, Texas; y Boston, Massachusetts. Son 21 días de mucha actividad.
En cada lugar visitamos medios, intercambiamos con periodistas y otros actores de la vida pública y comunitaria. También asistimos a conferencias y seminarios sobre temas variados que tienen que ver con las nuevas tecnologías y los desafíos de la era digital.
El objetivo es conocer la realidad de los medios en Estados Unidos y enriquecer nuestra experiencia.
Como licenciado en Estudios Internacionales y periodista, ¿cómo unís estas dos profesiones?
El periodismo es un oficio que requiere un alto grado de compromiso con la realidad de la que uno forma parte. Para algunos, esa realidad es su barrio, su ciudad o su país. Para mí es el mundo, y analizar los complejos procesos políticos, comerciales y de integración que allí se producen requiere de ciertos conocimientos que no se adquieren en la práctica.
Por lo demás, la vinculación entre mi profesión y el periodismo surge como algo natural, porque ninguno de los problemas sociales, económicos y políticos que cualquier país debe afrontar pueden entenderse si no se concibe esa realidad como parte de un entramado mucho más complejo de interrelaciones que se producen a nivel internacional.
Por otra parte, la actividad académica como docente de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad ORT Uruguay me ha permitido profundizar en temas muy vinculados, como el uso de la desinformación como herramienta política, la utilización de noticias falsas y otros conceptos relacionados a lo que hoy llamamos era de la Posverdad.
¿Cómo fue tu carrera en El Heraldo hasta llegar a la dirección?
Comencé a trabajar a tiempo completo en la empresa en 2010 y allí desempeñé todo tipo de tareas como cronista. Inicialmente cubría noticias internacionales, pero como El Heraldo es un medio local, poco a poco me fui involucrando en la cobertura de noticias locales, especialmente en temas políticos.
En 2013 asumí la responsabilidad de crear la versión digital del periódico que, si bien ya había tenido experiencias en la web, necesitaba crear una nueva página para adaptarse a las nuevas formas de consumo de información.
Hasta 2015 me repartí entre la cobertura de noticias y la edición del sitio web. Durante este tiempo, el director fue mi padre, que ese año decidió retirarse de la Dirección. En ese momento, después de pensarlo muy bien y discutirlo con mi familia, acepté asumir la dirección, que hasta hoy ejerzo.
¿Qué importancia tiene El Heraldo en tu familia? ¿Qué significa para ti?
Es difícil ponerlo en palabras, porque mi familia y el diario son inseparables. El diario fue fundado en 1919 y este año estamos celebrando su centenario. Pero lo más importante es que el diario ha pertenecido a la familia desde 1921, cuando mi bisabuelo se suma a la empresa, y desde entonces cuatro generaciones lo han dirigido.
Para mí, el diario es una pasión y una gran responsabilidad. Hacer periodismo, contar historias, involucrarse en la realidad y tener algo para decir es al mismo tiempo gratificante y exigente. Una vez que hemos decidido dedicarnos a esto, no podemos perder de vista que nuestro trabajo es parte de un servicio público y que, para la ciudadanía, la información es un derecho.
Siempre pienso que haber asumido la dirección del diario con 25 años fue para mí una segunda universidad en la que aprendí a lidiar con desafíos muy grandes.
Además integrás el consejo directivo de la Organización de la Prensa del Interior (OPI). ¿Cuál es tu rol en esta organización?
La OPI es un organismo muy importante para la prensa del interior porque nuclea a más de cincuenta diarios, semanarios y otras publicaciones que tienen algo en común: no se imprimen ni distribuyen en Montevideo.
A lo largo de su historia, OPI ha sido el ámbito de intercambio de todos esos medios, grandes y pequeños, para debatir sobre temas periodísticos y empresariales, así como también para analizar las nuevas tendencias.
Como organización gremial, OPI tiene por cometido defender los intereses de los medios del interior. En los últimos años, por ejemplo, hemos tenido un rol muy activo en el impulso, el diseño y la discusión de la nueva ley sobre publicidad oficial, que exige dirigir 30 % del gasto publicitario al interior del país. Hoy, 97 % del gasto queda en la capital: a combatir ese tipo de inequidades es que nos dedicamos.
¿Qué diferencias encontrás entre el periodismo que se hace en Montevideo y el que se hace en el Interior?
Hay grandes similitudes y grandes diferencias. El rol del periodista y del medio es, en esencia, el mismo. Sin embargo, los medios del Interior se diferencian apostando a la cobertura de noticias locales, porque a la gente le importa mucho lo que sucede en su comunidad más pequeña, en su barrio.
También porque los departamentos y sus ciudades tienen lógicas políticas, económicas y sociales que les son propias y que requieren un análisis específico.
En cuanto al trabajo del periodista, el interior suele tener un desafío adicional porque, como decimos habitualmente, “acá nos conocemos todos”. Eso siempre ayuda a humanizar el enfoque, pero también supone cierto tipo de presiones con las que hay que saber lidiar, pues los protagonistas de las noticias son vecinos, amigos y familiares.
¿Qué creés que te aportó la licenciatura en Estudios Internacionales a tu formación?
La carrera tiene un enfoque humanista y cosmopolita que forma sus egresados para moverse con solvencia en un mundo complejo. Eso implica exponerlos a diferentes disciplinas como la economía, el comercio internacional, el derecho y la política.
Con esa formación, el estudiante debe componer su propia versión del mundo y encontrar cuál es su lugar en ella. Por eso, al final la carrera termina siendo una historia de final abierto, porque nadie sale encasillado para ser o hacer algo específico.
Esa libertad es la que luego me permitió decidir mi camino con naturalidad. La carrera no solo me aportó conocimiento, sino que me dio grandes oportunidades, vínculos que me han marcado y, a la vez, me ayudó a delinear mi futuro.