El evento fue organizado por la Embajada de Francia y la Alianza Francesa, con el apoyo del Instituto Francés, en colaboración con la Universidad ORT Uruguay, a través de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología.
Durante la jornada, se realizó el panel “Ética artificial en el arte digital”, que tuvo como invitados a Valentin Schmite, PhD, especialista en IA y cultura, autor, investigador y cofundador de Ask Mona de Francia; y Enrique Aguerre, director del Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) de Uruguay.
La instancia contó con la participación, como moderador, de Mtr. Fabián Barros, MA, coordinador académico de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología.
A la vez, se realizó una muestra de arte e inteligencia artificial a cargo de los artistas nacionales Leticia Almeida, Marcelo Vidal, Pedro Corso, Diego Miranda, Guido Iafigliola, Mathías Chumino, Silvina Cortés, Camila Rodríguez, Carolina Zunino, Diego Fernández y Fabián Barros.
También se exhibieron trabajos de estudiantes de Diseño, Arte y Tecnología.
Panel sobre ética, arte e inteligencia artificial
El debate, realizado en el auditorio de la Facultad de Diseño, reunió a estudiantes, funcionarios y autoridades de la institución para abordar el impacto de la inteligencia artificial en el arte y sus implicancias éticas.
Las preguntas centrales fueron: ¿Qué impacto puede tener la IA en el arte? ¿Es la IA un nuevo creador de arte o una nueva herramienta para crear? ¿Cómo se gestionan los derechos de autor cuando las máquinas intervienen en el proceso creativo? Y, finalmente, ¿puede la IA democratizar el acceso al arte?
Valentin Schmite definió la inteligencia artificial como un campo destinado a replicar el funcionamiento del cerebro humano a través de las máquinas, destacando que su capacidad para crear algo nuevo es lo que la asemeja al proceso creativo humano.
Sin embargo, Schmite enfatizó que la IA debe ser vista como una herramienta:
Es una herramienta extremadamente poderosa y abarcativa que nos permite hacer muchas cosas, pero sigue siendo una herramienta.
En cuanto a los desafíos éticos, mencionó el peligro de los deepfakes, y reflexionó sobre el papel crucial de los artistas, quienes permiten "cuestionar la realidad" y la "irrealidad" en un mundo cada vez más mediado por tecnología.
Enrique Aguerre, director del MNAV, adoptó una postura diferente, sugiriendo que las máquinas podrían reemplazar al ser humano en el rol de creador.
Aludiendo a Gottfried Leibniz y los avances en machine learning, argumentó que la máquina, más allá de ser una herramienta, podría ser vista como una “máquina de máquinas”, capaz de operar múltiples funciones simultáneamente.
Aguerre también destacó la importancia de comprender cómo funcionan estas tecnologías, citando al filósofo Vilém Flusser, quien abogaba por desentrañar la opacidad de las máquinas y el acceso al código informático.
Además, subrayó la necesidad de preguntarse por la experiencia estética del espectador y cómo la tecnología no es ajena al ser humano, sino parte integral de nuestra naturaleza.
La conversación se extendió hacia los derechos de autor, un tema que se ve desafiado por la IA. Enrique Aguerre sostuvo que, al igual que el software libre, las nuevas tecnologías requieren de licencias innovadoras que reconozcan los cambios en los procesos creativos.
Según Aguerre, no todo lo generado por IA debe considerarse arte, ya que la creatividad profunda sigue siendo una cualidad humana que requiere trabajo y reflexión:
El hecho de tener una cámara no nos convierte en grandes fotógrafos; lo mismo ocurre con la inteligencia artificial.
La pregunta sobre si la IA puede democratizar el acceso al arte también estuvo presente. Schmite advirtió sobre los riesgos de centralización tecnológica y la estandarización, alertando que depender de una sola herramienta como Midjourney o ChatGPT no favorecería una verdadera democratización.
Según Schmite, es fundamental manipular y explorar estas herramientas de manera crítica, lo cual, en sí mismo, puede ser un acto artístico.
Aguerre coincidió en que, para transformar la cultura y las manifestaciones artísticas, los artistas deben superar el rol de simples usuarios y convertirse en desarrolladores, entendiendo y cuestionando las herramientas que utilizan. La educación, afirmó, es clave para asegurar un uso consciente y creativo de la IA.
El panel concluyó con una reflexión crítica sobre el futuro de la inteligencia artificial en el arte, un terreno en constante evolución que exige cuestionamientos sobre autoría, creatividad y la democratización del acceso a la cultura.
Qué es Ask Mona
Durante el foro, Valentin Schmite presentó Ask Mona, la plataforma que cofundó hace siete años y que emplea inteligencia artificial generativa para enriquecer la experiencia de los visitantes en museos y espacios culturales.
Ask Mona permite a los usuarios interactuar con un asistente virtual en tiempo real, obteniendo respuestas inmediatas sobre las exposiciones. A través de códigos QR, los visitantes acceden a contenido personalizado relacionado con obras, artistas o sitios históricos. Además, la plataforma simplifica la gestión de reservas y optimiza el servicio de atención al público.
El sistema no requiere la descarga de aplicaciones, permitiendo que los visitantes tomen fotos de las piezas exhibidas, las cuales son identificadas y explicadas por la IA en 90 idiomas. Las respuestas provienen de una base de datos proporcionada directamente por los museos, garantizando información precisa y contextualizada.
Schmite subrayó que Ask Mona concibe la visita al museo como una conversación continua que comienza antes de la entrada y se extiende más allá del recorrido, fomentando el vínculo entre el público y el arte.
Las medidas o principios éticos que se aplican en Ask Mona
Durante el foro, el escritor francés fue consultado acerca de los principios éticos esenciales que guían el desarrollo de Ask Mona en el ámbito cultural.
El primer principio se centra en evitar la difusión de información falsa y mantener un riguroso control sobre los datos utilizados. Schmite destacó que, en el contexto de herramientas de IA generativa como ChatGPT, existe el riesgo de que se produzcan "alucinaciones" o respuestas erróneas.
Para prevenirlo, Ask Mona trabaja exclusivamente con bases de datos verificadas por historiadores y especialistas en la materia, asegurando así la precisión y fiabilidad de la información proporcionada a los usuarios.
El segundo principio es el respeto estricto por los derechos de autor. La plataforma mantiene una política firme en defensa de la propiedad intelectual, garantizando que toda la información que recibe y utiliza esté debidamente acreditada y remunerada.
Cada vez que se incorpora contenido a la base de datos de Ask Mona, se asegura de compensar a los creadores originales:
Como empresa de inteligencia artificial, no podemos crear sistemas y robar la propiedad intelectual de otras personas.
Trabajos de estudiantes de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología presentados en la muestra
- ID. Isforia de Sebastián Tranquillo.
- Resonancia colectiva de Alexandra Zeballos.
- Metamorfosis de Giuliana Bagnasco.
- Microbiot ART de María Kachadourian.
- Mutante de Tomás Fort.
- Dance visión de María Pía Cea.
- Los del otro lado de Francisco Abásolo.
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