Cometto compartió su historia personal e incentivó a perseguir el propósito de cada una. Por su parte, Sur enfatizó en la importancia para las mujeres de reflexionar sobre sus finanzas. Pomiés reflexionó sobre las distintas edades y etapas en la vida de las mujeres.
En el evento, que se llevó a cabo el lunes 10 de marzo, participaron también Catalina Ferrand, Emilia Díaz, Mariana Pomiés, Florencia Infante, Cristina Lustemberg, Eunice Castro, Lea Bensasson, Valeria Ripoll, Carmen Morán y Dalia Gutmann.
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Construyendo sentido
La Dra. Teresa Cometto —decana de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay— se preguntó para qué estamos aquí. Inspirada en La Divina Comedia, recordó a aquellas almas que no dejaron huella en su paso por la vida. Para evitar ese destino, sostuvo que el propósito se construye desde los cimientos, con decisiones firmes y compromiso constante.
Agustín, su padre, un inmigrante italiano, sufrió los estragos de la guerra. Fue prisionero en un campo de concentración y regresó a su hogar en Italia tras una travesía a pie desde Alemania, pesando apenas 40 kilos. Pese a las dificultades, nunca perdió la esperanza. Construyó una nueva vida en Uruguay, inculcando a su familia valores de esfuerzo y educación como herramientas de libertad.
Cometto comenzó su carrera en la química, trabajando en una empresa que más tarde se transformaría en Unilever. Sin embargo, con el paso del tiempo, observó cómo las fábricas se concentraban en países más grandes y sintió que su rol podía modificarse. Fue entonces cuando decidió tomar un nuevo rumbo y comprender el otro lado de los negocios: el comportamiento de los consumidores y el impacto de los productos en el mercado.
Decidió adentrarse en el mundo del marketing. Estudió, se especializó y llegó a convertirse en la primera mujer Country Manager de Unilever en Uruguay. Su vocación por el aprendizaje la llevó también a la docencia, convirtiéndose en catedrática y luego en decana de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de ORT.
Para Cometto, el sentido no es una meta individual, sino algo que se encuentra en los vínculos y en el impacto que generamos en los demás. Este pensamiento la llevó a involucrarse en un proyecto que la marcó profundamente: el acompañamiento a personas privadas de libertad.
El propósito es el motor que nos impulsa y nos da dirección. Para Cometto, la conexión con los demás y la posibilidad de servir a una causa mayor son las claves para encontrar sentido. El propósito no se descubre de golpe, sino que se construye en cada decisión y acción que tomamos.
Hablemos de dinero
Carolina Sur —Licenciada en Economía por la Universidad ORT Uruguay— resaltó la importancia del dinero para las mujeres en cuanto a su independencia. Por ejemplo, para tener la posibilidad de separarse sin que eso signifique una crisis económica. La estabilidad financiera no solo da tranquilidad, sino que también permite elegir desde la libertad y no desde la necesidad.
También reflexionó sobre cómo las mujeres suelen conocer detalles personales de sus amigas, como sus relaciones pasadas o problemas emocionales, pero rara vez hablan de dinero. “Sabemos todo sobre los ex de nuestras amigas, pero no cuánto ganan”, señaló. Para ella, esta falta de conversación sobre ingresos y sueldos refuerza la desigualdad, ya que dificulta que las mujeres negocien mejores condiciones laborales.
En este sentido, enfatizó que la transparencia en materia salarial es clave para la equidad. “Si yo hago el mismo trabajo que otra persona, quiero saber cuánto le pagan”, afirmó. Hablar de dinero no debería ser un tema tabú, sino una herramienta para garantizar que todas tengan las mismas oportunidades y puedan construir su independencia económica sin miedo ni desconocimiento.
Tejiendo conexiones y reflexiones
En su intervención, la expositora Mariana Pomiés, MBA, compartió su visión sobre la vida, la maternidad y la importancia de los pequeños placeres, como el hobby de tejer.
Relató cómo el tejido se convirtió en una manera de acompañarse a sí misma y a otras, en un espacio de intimidad y crecimiento personal. “Tejiéndonos a nosotras y a otras”, comentó, destacando cómo este acto simbólico no solo conectaba hilos, sino también historias, vivencias y emociones compartidas entre mujeres.
Pomiés reflexionó sobre cómo los 50 años de edad representan una etapa maravillosa de la vida, a diferencia del estereotipo que muchas veces se propaga de que una mujer siempre debe desear ser joven. Para ella, los 50 son una etapa en la que la autocomprensión y el sentido de comunidad adquieren una profundidad única.