Matías Medina nació en Montevideo. Cumplió 19 años en febrero de este año y solo algunas semanas después estaba comenzando el primer semestre de la carrera de Arquitectura en la Universidad ORT Uruguay. Al mismo tiempo, Medina tiene el horizonte fijado en otra carrera: en la del fútbol profesional.
"El futbolista y economista Diego Riolfo es un gran ejemplo de que se pueden combinar las dos cosas y es el camino que yo quiero seguir: jugar al fútbol e ir haciendo la carrera al mismo tiempo".
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¿Dónde te formaste como futbolista?
Arranqué a jugar al fútbol desde muy chico, con cinco o seis años. Mi primer equipo fue el Rincón de Carrasco, donde hice todo el baby fútbol, hasta que tuve edad para jugar en la categoría sub 16. Recién ahí pasé al fútbol de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
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¿En qué equipos jugaste en las divisiones inferiores?
Mi primer equipo de divisiones formativas fue Fénix. Fue el primer equipo en el que practiqué, en realidad, porque por un tema de descoordinación de horarios con el colegio no pude seguir. El horario de las clases me impedía llegar a algunas prácticas, entonces iba cuando podía y estuve así por meses.
Recién a finales de ese año me probé en Torque y quedé. Me servían más los horarios y estuve allí por dos años.
Después, a principios del 2020, decidí ir a probarme a Wanderers, donde estoy actualmente.
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¿Hoy en día a qué división pertenecés?
Actualmente estoy en mi segundo año de cuarta división, y entrenamos junto a los futbolistas de tercera. También hemos jugado amistosos contra primera, con mi categoría.
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¿En qué posición jugás?
Toda la vida jugué arriba, no tengo una posición fija, digamos. Si me dieran a elegir una posición favorita, donde me siento más cómodo, es extremo por derecha, para enganchar para el medio y pegarle al arco, ya que soy zurdo. Pero he jugado en, prácticamente, todo el frente de ataque.
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¿Cuál es tu objetivo en el fútbol este año?
Debutar en primera. Estoy trabajando para estar lo mejor preparado posible para el momento en que llegue la oportunidad.
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¿Cómo surgió tu interés por la arquitectura?
Desde chico siempre tuve cierta inclinación por la arquitectura. Me gustaba armar puzles 3D, jugar con Legos y tenía facilidad para materias como dibujo. Siempre supe que, además de mi pasión por el fútbol, quería involucrarme también en el mundo de la arquitectura.
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¿Cómo planificás tus horarios de facultad, de entrenamientos y partidos?
Realmente es un lío. Hasta último momento no sabés si vas a entrenar o jugar y te cambia todos los planes. Más aún en la pandemia, que se ha arrancado y parado varias veces. Toda esa incertidumbre perjudica en esa búsqueda del equilibrio entre entrenamientos y los tiempos de estudio. Hoy por hoy estoy haciendo la facultad de mañana y entrenando por la tarde.
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¿Conocés el caso de Diego Riolfo, que es futbolista profesional —también de Wanderers— y, además, Licenciado en Economía?
Conozco el caso de Diego. No lo conozco personalmente, pero el año pasado dio una charla a todo el plantel de cuarta. La verdad es que es alguien que transmite mucha admiración entre todos los juveniles.
Obviamente es un gran ejemplo de que se pueden combinar las dos cosas y es el camino que yo quiero seguir: jugar al fútbol e ir haciendo la carrera al mismo tiempo.
Por suerte, hoy en día se ven más jugadores que estudian también. Así como yo, también tengo compañeros de Wanderers que van a la universidad. Pienso que está bueno encontrar otra cosa que te guste además de jugar al fútbol.