El COVID-19 aceleró un proceso que ya venía sucediendo antes de que el virus se esparciera por el mundo: el comercio electrónico se convirtió en el protagonista del día a día de muchas empresas y emprendimientos.
En América Latina, de hecho, su crecimiento fue del 50 % en el pasado año, según datos publicados por Ecomsur. Específicamente en Uruguay las compras a través de internet también presentaron un importante crecimiento.
Sobre este aumento, los desafíos que conlleva y las perspectivas de cara al futuro hablan en esta nota Juan Labraga, docente de la Licenciatura en Estudios Internacionales y catedrático de Comercio Internacional de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay; y Rafael Cernicchiaro, docente de E-business en la carrera Analista en Comunicación Digital y Comercio Electrónico de la Facultad de Comunicación y Diseño de ORT.
Un cambio repentino
“Hagamos un paralelismo: imaginemos que vivimos en una casa con nuestra pareja y un hijo, y de un día para el otro pasamos a tener a cargo cuatro hijos más”, dice Cernicchiaro para ilustrar cómo fue el cambio abrupto y el estrés operativo al que se enfrentaron las empresas que vendían online con la irrupción de la pandemia. A estas, se suman más empresas que, hasta entonces, no habían incursionado en la venta electrónica.
Justamente, a raíz del COVID-19, el año 2020 funcionó como un acelerador de procesos en materia de comercio electrónico. Es que según Labraga, el e-commerce pasó de ser un canal más de venta a ser el canal más importante y, en ciertos casos, el único para vincularse con los clientes.
Nuevos desafíos
Las nuevas reglas de juego que planteó el 2020 implicaron retos logísticos, operativos y conceptuales: fue necesario redefinir procesos en función al comercio electrónico. En este sentido, para Labraga, la pandemia aceleró un cambio estructural y hoy las empresas ya no deben pensar cómo agregar un nuevo canal de venta, sino en cómo adaptar el negocio al comercio electrónico.
“Los que desarrollaron su canal de ventas online con tiempo tomaron ventaja, pero nunca es tarde y quienes aún no lo han hecho pueden aprender de los errores de otros, tomar referencias exitosas y así ahorrarse dinero y tiempo”, dice Cernicchiaro sobre la incursión de las empresas en el comercio electrónico, algo que hoy se ha convertido en una necesidad.
La incidencia en el comercio internacional
En los últimos años, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han impactado en el comercio internacional. Bienes y servicios que antes requerían una cercanía física para ser consumidos, hoy se pueden adquirir a distancia.
“Yo siempre les digo a los estudiantes que piensen en todo lo que pueden comprar y vender desde un celular: todo eso es comercio electrónico y, la mayoría de las veces, también es comercio internacional”, explica Labraga.
"En Uruguay no está presente la principal barrera para el avance del comercio electrónico, que es la falta de internet", dice Cernicchiaro.
En cuanto a las tendencias en el comercio internacional vinculadas al e-commerce, el catedrático de ORT indica que los tratados de libre comercio (TLC) negociados en los últimos años incorporan nuevos capítulos en materia de comercio electrónico. Así es, también que en diciembre de 2020, el Mercosur aprobó un protocolo de comercio electrónico, lo que significa dar un paso adelante en una disciplina clave para el siglo XXI, según Labraga.
El e-commerce en nuestro país
Sobre la situación de Uruguay en materia de comercio electrónico, el docente Cernicchiaro considera que si bien la facilidad para acceder a tiendas físicas es mayor con respecto a otros países de la región —lo que puede enlentecer al comercio electrónico— su avance es un hecho: “Basta mirar a los países de la región para imaginar el futuro cercano”.
En otro sentido, nuestro país posee una tasa de penetración de internet muy alta a nivel mundial y eso es crucial para Cernicchiaro: “En Uruguay no está presente la principal barrera para el avance del comercio electrónico, que es la falta de internet. No existe esa excusa”.
Labraga, por su parte, indica que a nivel nacional falta trabajar en la oferta exportable uruguaya y en el marketing digital. Según dice, esta última es una disciplina clave para el comercio electrónico, porque puede brindar a nuevos emprendimientos un diferencial relevante al momento de conectar empresas con consumidores.
Por último, el catedrático de Comercio Internacional de ORT destaca los altos estándares en materia de protección de datos que existen en Uruguay como un factor importante para el desarrollo del comercio electrónico. “Hay una discusión profunda sobre la privacidad y disponibilidad de datos personales con dos posiciones bastante claras: una respaldada por Estados Unidos y otra por Europa. Esta es una discusión relevante de cara al crecimiento que está teniendo el comercio electrónico en el mundo”, finaliza Labraga.