La Dra. Barbara Grunfeld, MBA, es socia fundadora de The Shift Co.uy, consultora especializada en estrategia, gestión de directorios y liderazgo. Es directora ejecutiva en Horizon.IA, empresa enfocada en utilizar inteligencia artificial para identificar ineficiencias y optimizar flujos de trabajo para lograr resultados más rápidos e inteligentes. Además, es docente de Derecho y Tecnología en el programa Contratos Complejos en Tecnología. También integra el cuerpo docente del Programa en Dirección de Tecnología, del Master en Negocios Digitales y del Master en Administración de Empresas - MBA.
Las regulaciones en el ámbito tecnológico enfrentan constantes desafíos debido a la rápida evolución de la innovación digital. En la negociación de contratos tecnológicos, Grunfeld identifica tres grandes desafíos regulatorios en la negociación de contratos tecnológicos:
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Normativas desactualizadas
La regulación suele avanzar más lento que la innovación, generando incertidumbre jurídica. En el caso de la inteligencia artificial (IA), aún no existe un marco uniforme sobre la responsabilidad legal cuando un modelo generativo produce contenido erróneo o sesgado. “Las empresas deben actuar con ética profesional en esta nueva disciplina y marcar estándares de autorregulación en este tema tan actual, sensible y relevante”, recomendó la experta.
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Regulación multi-jurisdiccional
Empresas tecnológicas que operan globalmente deben cumplir con normativas diversas (GDPR, CCPA, LGPD), lo que complica la estructuración de contratos y eleva costos y riesgos legales.
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Nuevos modelos de negocio
Modelos como SaaS open source y el uso de IA plantean desafíos en responsabilidad contractual, transparencia y derechos sobre datos, requiriendo contratos bien documentados.
Para mitigar estos riesgos, Grunfeld recomienda diseñar acuerdos con un enfoque “compliance-first” e incluir cláusulas de flexibilidad legal que permitan adaptarse a futuras regulaciones. Este enfoque permitiría no solo minimizar riesgos, sino también “asegurar que la tecnología pueda escalar sin restricciones legales inesperadas”.
El impacto de las tecnologías disruptivas en los contratos
La inteligencia artificial y los contratos inteligentes están redefiniendo el ciclo de vida de los acuerdos tecnológicos, desde su creación hasta su cumplimiento.
Grunfeld destacó que el uso de modelos generativos de IA en el análisis contractual requiere herramientas especializadas que garanticen interpretaciones precisas.
La adopción de estas tecnologías dependerá tanto de la evolución normativa como de su integración con sistemas contractuales tradicionales.
Para minimizar riesgos, recomendó:
- Incorporar cláusulas de auditoría algorítmica en contratos que incluyan IA.
- Definir mecanismos híbridos que equilibren la tecnología con los contratos tradicionales.
- Asegurar el cumplimiento normativo en múltiples jurisdicciones.
Transformaciones en modelos de comercialización y su impacto legal
La digitalización y la escalabilidad de los servicios en la nube han transformado los modelos de comercialización, generando nuevas exigencias contractuales y regulatorias. Grunfeld destaca el paso de licencias perpetuas a esquemas de suscripción y pago por uso, lo que ha requerido cambios en los acuerdos de nivel de servicio (SLA) y en regulaciones sobre almacenamiento y procesamiento de datos.
Asimismo, la expansión global de las empresas tecnológicas ha impulsado la incorporación de cláusulas de jurisdicción flexible y mecanismos de resolución de disputas a nivel internacional. Para garantizar seguridad jurídica, Grunfeld recomienda diseñar acuerdos con regulaciones adaptables y establecer métricas de desempeño claras en contratos de consumo variable.
El futuro de la regulación tecnológica
La regulación está evolucionando para abordar los desafíos de las nuevas tecnologías, pero la velocidad del cambio tecnológico sigue superando la capacidad de los marcos normativos para adaptarse. “Por sí sola, la regulación no es suficiente para garantizar un ecosistema tecnológico equilibrado. Se debe acompañar de un entendimiento profundo de la tecnología y de una distribución equitativa de las obligaciones entre todos los actores”, señaló Grunfeld.
Mirando hacia el futuro, la regulación podría avanzar en tres direcciones:
- Regulación impuesta por los gobiernos, con marcos normativos obligatorios como el AI Act —reglamento relativo a la IA, aprobado por el Parlamento Europeo en marzo de 2024—.
- Autorregulación empresarial, donde las propias compañías tecnológicas establecen principios de ética y transparencia.
- Adopción de estándares internacionales, alineados con organismos como la OCDE o la ISO en IA.
Independientemente del enfoque, Grunfeld enfatiza la importancia de marcos flexibles que permitan el desarrollo tecnológico sin comprometer la seguridad jurídica. En conclusión, “la tecnología debe integrarse en la sociedad sin comprometer derechos fundamentales como la seguridad, la identidad y la igualdad de oportunidades”.