“Lo importante del caso argentino es que demostró que el sistema funciona”, dijo el Dr. Arturo Porzecanski, experto en finanzas internacionales, mercados emergentes y economía latinoamericana, al referirse a la situación del país vecino durante la conferencia “Argentina: lecciones para hoy del default 2002-2016”.
El evento, coorganizado con CFA Society, formó parte del Ciclo de Charlas de Management y Negocios de la Escuela de Posgrados de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales y tuvo lugar el jueves 22 de noviembre de 2018.
Arturo Porzecanski es economista y profesor de la American University, también fue el primer uruguayo en obtener un Ph.D. en Economía. Desarrolló una exitosa carrera como economista internacional en Wall Street, además de publicar diversas investigaciones académicas.
El castillo de inversiones
“De vez en cuando, Cavallo me llamaba”, recordó Porzecanski al evocar los tiempos de crisis que atravesó Argentina a partir de 2001, durante una parte de los cuales Domingo Cavallo fue ministro de Economía. “Había cientos de miles de inversores que poseían títulos de deuda argentina”, dijo. “Se estimaba que entre ellos había un cuarto de millón de italianos”.
Los bancos italianos vendían esos títulos como una buena inversión con un alto retorno; sin embargo, los inversionistas chocaron reiteradamente con la actitud argentina de no pagar los títulos emitidos. Porzecanski compartió detalles de su actuación en representación de ciudadanos italianos y argentinos (en su mayoría jubilados) que poseían la mayor parte –si no la totalidad– de sus ahorros en títulos de deuda.
Los años 90 fueron una época de alta inversión estratégica en Argentina, así como de emisión de deuda. Según el experto, la intención de los gobernantes argentinos de la época fue construir un “castillo de inversiones” que haría imposible la eliminación del sistema establecido por la Ley de Convertibilidad del Austral (el recordado “1 a 1”).
Primera lección: las reglas de juego
“Una lección para todos es someterse a las penas si uno no cumple”, explicó Porzecanski. A su entender, con la emisión de títulos de deuda, Argentina asumió una serie de responsabilidades que luego evadió de forma sistemática, ocasionando una situación incómoda para todos los involucrados.
“Ojo con cambiar las reglas de juego radicalmente”, aconsejó luego. Argentina llevó a cabo diversas modificaciones de las reglas que regulaban la deuda sin la autorización de sus acreedores, lo que generó una alta conflictividad y significó “una invitación a litigar”.
Segunda lección: coherencia
“No se puede mendigar cuando uno está en una etapa de bonanza recaudatoria”, explicó Porzecanski. A medida que transcurría la década del 2000, la situación argentina comenzó a mostrar síntomas de mejoría (en 2003 comienzan a aumentar los precios de los commodities, por ejemplo), pero oficialmente se mantuvo la actitud de solicitar el perdón de la deuda generada con particulares y con un largo número de organismos.
“El modelo de Argentina tenía los supuestos más pesimistas posibles”, dijo el experto y explicó que a lo largo de los años quedaría en evidencia una brecha entre las proyecciones y la realidad, brecha que generó molestias en los inversores.
En un contexto de mejoras sustanciales, Argentina aumentaría los impuestos a las exportaciones, lo que hizo aún más insostenibles sus solicitudes de perdón de deuda. Porzecanski dijo que para 2005 el poder recaudatorio argentino era similar al de 2001.
“Muchos de los acreedores de Argentina eran personas muy humildes”, reveló y dijo que, a su juicio, existió una “reestructuración ideológica” que buscó atacar y generar desaprobación de la ciudadanía hacia aquellos que se habían enriquecido a raíz de la compra de títulos de deuda.
Tercera lección: elegir las batallas
“Es peligroso pelearse con todo el mundo a la vez”, dijo Porzecanski en relación a la actitud adoptada por Argentina, que deliberadamente entró en confrontación con todos los acreedores, nacionales y extranjeros, dejando de pagar a inversores privados y organismos multilaterales de crédito durante años.
Porzecanski, que siguió en directo las actuaciones desarrolladas por el juez federal Thomas Griesa en relación al default argentino en Estados Unidos, compartió algunas anécdotas del caso.
Según explicó, Griesa comenzó fallando a favor del gobierno argentino. Sin embargo, la falta de respeto de los representantes argentinos colmó la paciencia del magistrado, que de a poco redujo su tolerancia y fue modificando sus decisiones.
Cuarta lección: beneficios de los buitres
“Los fondos buitre, al igual que las aves rapaces, provocan externalidades positivas a la sociedad”, opinó en otro pasaje de la conferencia. “Si comprar barato y vender caro fuera ilegal, habría que declarar ilegal el capitalismo”. Este razonamiento, a su entender, desbanca el argumento argentino para evitar pagarle a los mencionados fondos.
Porzecanski recordó que los hedge funds fueron los primeros en invertir en la crisis de México conocida como “efecto tequila” y agregó que, por su poder, son capaces de pelear por los derechos de los inversores cuando los demás no pueden hacerlo.
“El concepto de ‘fondos buitre’ no existe en Estados Unidos, Londres, o las grandes capitales económicas del mundo”, explicó.
Sobre el cierre de la charla, Porzecanski se refirió a la posible creación de una Corte Internacional de Deudas que arbitre sobre los compromisos asumidos por los países, que muchos expertos ven como una necesidad. “No hay que arreglar lo que funciona bien”, opinó e informó que no existe consenso para la instalación de un organismo similar.
“Lo importante del caso argentino es que demostró que el sistema funciona”, concluyó.