Para el psicólogo Andy Kitt, los líderes siguen haciendo lo que siempre hicieron: empujar más y más duramente para alcanzar objetivos cada vez más lejanos. Este modelo de trabajo es poco sano, de individuos fragmentados y fomenta el miedo.
“Tener una fórmula que haya funcionado no es suficiente”, indicó Kitt en la conferencia “Construyendo culturas de innovación: sintonizando una frecuencia creativa superior”.
El evento, organizado por la coordinación académica de los postgrados en Recursos Humanos de la Escuela de Postgrados de la facultad, tuvo lugar el lunes 22 de octubre de 2018 en el Campus Pocitos de la Universidad ORT Uruguay.
Es posible que las personas de una organización se encuentren abrumadas en un momento puntual de mucho estrés, agregó el psicólogo. Si la sensación de estar sobrecargados es constante, es un indicador de un problema de la empresa.
El experto pidió a los presentes que pensaran en el primer trabajo que tuvieron. “¿Entrar a ese trabajo los disminuyó o los fortaleció?”, preguntó. Un hombre dijo que lo disminuyó, ya que no le gustaba el rol que ocupaba en esa empresa. Una mujer señaló que trabajó 14 años en el mismo lugar, los primeros siete años sintió que el trabajo le permitió expandirse, pero en los últimos siete, no.
Kitt cree que las organizaciones deben optar por un modelo creativo, divertido y que promueva una cultura de “saltar, saltar, saltar” en lugar de “empujar, empujar, empujar”.
En este modelo, los líderes dejan de tomar espacio y aprenden a administrarlo. Apuestan por la inteligencia colectiva, la tensión creativa y la fluidez para aumentar la productividad. En suma, tratan de generar una frecuencia co-creativa.
Hay que pasar de un modelo organizacional en donde las personas son víctimas del tiempo, están dirigidas por normas y son tolerantes a la mediocridad a otro modelo en donde hay una correcta administración del tiempo, las personas están dirigidas por un propósito y utilizan el riesgo para estar más enfocados. Las organizaciones deben dejar de valorar las similitudes y empezar a valorar las diferencias.
Kitt recordó su primer trabajo como psicólogo ocupacional en una organización importante. La primera tarea que le asignaron fue reclutar personas creativas. Se enfocó en conseguir personas socialmente audaces y con un vínculo revolucionario con las reglas, que era lo que asociaba con un perfil creativo.
Tres meses después de haber sido seleccionados, venían a su oficina y mostraban poco entusiasmo con el trabajo. Esta situación se repitió en los siguientes meses. “Lo que me di cuenta -indicó el psicólogo- es que había una vibra en el lugar de trabajo que succionaba la energía y las cualidades innovadoras de estas personas”.
La montaña rusa creativa
"No hay personas creativas, sino contextos creativos": la capacidad creativa de las personas, para Kitt, depende de la energía que los rodea. Por eso, el objetivo de la empresa Nowhere, en donde Kitt es director, es entender cómo modificar las formas de trabajar y la energía. Nowhere ayuda a las organizaciones a ser más creativas, a trabajar con lo invisible y las capacidades innatas; “modificar la energía para vibrar diferente”.
Su sede principal está en Reino Unido y tiene bases en variados países, entre ellos Uruguay y Argentina. Cuenta con profesionales en diversas áreas, como la psicología, la educación y el diseño. “Lo que nos define es la pasión que sentimos por los descubrimientos”, señaló Kitt.
Nowhere ayuda a algunas de las compañías más grandes del mundo a resolver sus desafíos más complejos, contó Kitt. Se trata de transformar la forma en que las organizaciones se encuentran y lideran. Nowhere trabaja con distintos rubros, entre ellos, de agronegocios, alimentos, biotecnologías, medios, telecomunicaciones móviles, salud y belleza.
“Este es el desafío al que nos enfrentamos”, señaló el psicólogo, “tenemos que bailar entre lo consciente y lo inconsciente, lo implícito y lo explícito, lo que se sabe y lo que está en la superficie, las formas más intuitivas de trabajar. A este vaivén entre lo conocido y lo desconocido lo denominamos ‘La montaña rusa creativa’”.
Para Kitt, suele haber confusión en cuanto al término “productividad”. Las empresas tienden a hacer reuniones que no agregan verdadero valor. En la mayoría de los casos las reuniones “se entrometen en el camino y son una pérdida de tiempo”.
El psicólogo recomendó que las reuniones tengan el fin de “pensar juntos y llegar a nuevas ideas”.
Por último, Kitt subrayó la importancia de la capacidad de innovar y estar abiertos a nuevas posibilidades: “No saltar a las soluciones demasiado rápido sino esperar el momento en que el corazón y la mente están alineados, entonces aparecen las soluciones”.