“Entre 2013 y 2014 escribí un montón de cuentos porque sí. De esos que no escribís con la presión de presentar, sino que te nacen y los guardás en un cajón”, recordó en una entrevista realizada por el portal In Situ de la Facultad de Comunicación y Diseño.
“El año pasado (2015) me enteré de que La Casa de los Escritores organizaba un concurso de cuentos. En ese momento, estaba haciendo una pasantía, tenía dos trabajos freelance y cursaba materias en facultad.
O sea que proponerme un proyecto de escritura me parecía utópico. Pensé en no presentarme, pero me acordé de esos escritos de años anteriores que no habían tenido ningún destino. Seleccioné los que me parecían presentables, los copié todos en un Word y los mandé”.
Cuando recolectó los textos, notó que tenían una línea en común.
“Y esa línea no la podía explicar con ninguna palabra que conociera. Para encontrar un título, busqué neologismos en Google.
Y el que surgió fue Adronitis, que significa: ‘la decepción por el demasiado tiempo que lleva conocer a la gente’. Todos los cuentos tratan sobre eso; ese aspecto de la personalidad que no conocías de un amigo, eso que te sorprendió de un familiar o de vos mismo”.