Alrededor del contenedor se podía encontrar información sobre la importancia de reciclar este tipo de residuos, que son los que, para funcionar, necesitan corriente eléctrica o campos electromagnéticos.
Los RAEE contienen tanto materiales valiosos como peligrosos, por lo que deben ser regulados para lograr una gestión independiente de los otros tipos de residuos.
Los materiales tóxicos que contienen los residuos electrónicos se liberan a la atmósfera, al agua y/o al suelo, causando daños irreversibles al ambiente.
Algunos dispositivos incluyen sustancias altamente tóxicas, denominadas “contaminantes orgánicos persistentes” (COP), que se pueden dispersar a través de grandes distancias, por vientos o corrientes oceánicas.
Estos COP resisten la degradación ambiental y se acumulan en tejidos de organismos vivos.
Uruguay es el país de Latinoamérica que más residuos electrónicos produce: 11,5 kg por habitante por año.
Es esencial prevenir la generación de los RAEE a través de la reutilización de sus componentes y la extensión de la vida útil de los aparatos eléctricos.
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