El rector explicó que la inteligencia artificial generativa, y en particular los modelos de lenguaje como ChatGPT, están en una fase de experimentación, no de implementación completa.
El Dr. Grünberg manifestó que las tecnologías están evolucionando rápidamente y, aunque presentan mejoras importantes como GPT-4o, todavía existen desafíos y limitaciones.
Inteligencia artificial y educación
El rector recomendó que las instituciones educativas experimenten distintos enfoques debido a la incertidumbre tecnológica que existe relacionada con esta tecnología que cambia casi semanalmente.
Asimismo, señaló que los modelos de lenguaje, aunque útiles, no están exentos de problemas como las denominadas "alucinaciones" (falsos resultados) y que no deben considerarse sustitutos para obtener respuestas precisas, sino más bien como herramientas para generar ideas.
El Dr. Grünberg estimó que estos modelos mejoran constantemente su escalabilidad y que serán un desafío importante, entre otros, por sus requisitos de poder computacional así como por los derechos de autor y la disponibilidad decreciente de contenidos para el aprendizaje.
"Google sigue siendo mejor para buscar respuestas que ChatGPT y otros modelos de lenguaje", resaltó, y aclaró que los modelos de lenguaje "no ofrecen ideas o conceptos originales", pero "pueden ser buenos asistentes".
Cuanta más información y contexto se le dé a los modelos de lenguaje, mejores respuestas estos proporcionan, indicó el rector.
"Hay que estimular a los estudiantes para que usen la inteligencia artificial de forma efectiva" y proveerles un "catálogo de prompts" que puedan utilizar, sugirió.
Llamados de atención
Las habilidades de escribir, editar, resumir y traducir automáticamente de la inteligencia artificial "pueden tener un profundo impacto en la manera en que nos relacionamos con el conocimiento", sostuvo.
Añadió que el hecho de que —mediante las herramientas de la inteligencia artificial— sea innecesario leer textos completos, nos dará una "ilusión del conocimiento".
"Si nuestra habilidad de pensar está debilitada, ¿qué pasará con nuestra originalidad e imaginación?", se preguntó el rector.
El riesgo consiste en que las máquinas serán "más sofisticadas, pero los humanos seremos menos inteligentes", reflexionó.