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“Trump no es una excepción al sistema democrático estadounidense, sino que es un producto directo de una democracia excluyente”, dijo el Dr. Sebastián Sclofsky, durante la conferencia “La elección de Trump y los límites de la democracia estadounidense”.
Sebastián Sclofsky es profesor asistente de criminología en California State University, Stanislaus, y PhD en Ciencia Política de la University of Florida. Su investigación examina la violencia de Estado y cómo afecta la calidad de la democracia. Ha publicado en diversas revistas académicas y recientemente comenzó una nueva investigación sobre las políticas de seguridad en Uruguay.
El evento, que formó parte del Ciclo de Conferencias del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad ORT Uruguay, fue realizada vía Zoom el jueves 23 de setiembre de 2021.
Las contradicciones de Trump y la inclusión de las élites
Sclofsky explicó que Donald Trump basó su campaña en la xenofobia, el racismo y la misoginia, y en un discurso populista y ultranacionalista. Académicos y expertos locales intentaron presentarlo como una excepción al sistema político, indicando que no era necesario realizar reformas institucionales o sistémicas tendientes a evitar otro caso similar, sino que simplemente se trató de un glitch en el sistema.
El académico refutó argumentos que afirman que su victoria fue una respuesta de supremacistas blancos al gobierno de Obama o que se debió al fracaso de las élites y las instituciones diseñadas para contener el ascenso del populismo, como sugieren Daniel Ziblat y Steven Levitsky en su libro Cómo mueren las democracias.
Aun así, Trump llevó a la Casa Blanca a ideólogos de movimientos de extrema derecha como Steve Bannon y Stephen Miller, uno de los arquitectos de la política antimigratoria.
A pesar de haber atacado a las élites públicamente durante su campaña, contó con la participación de la mayor cantidad de multimillonarios desde la Segunda Guerra Mundial: integrantes del directorio de Goldman Sachs definieron las políticas económicas, al igual que en las administraciones anteriores.
“A pesar de su retórica proteccionista contra el libre comercio, Trump es producto directo del neoliberalismo”, detalló Sclofsky. “El neoliberalismo ha debilitado la democracia y ha permitido el surgimiento de candidatos y movimientos autoritarios y neofascistas”.
“Trump no es una excepción al sistema democrático estadounidense, sino que es un producto directo de una democracia excluyente, diseñada para ser excluyente por los Padres Fundadores. Una exclusión que ha sido explícitamente reforzada a lo largo de los años”, afirmó Sclofsky.
Esta exclusión, agregó el experto, se manifiesta desde el triunfo del liberalismo y la libertad individual sobre el republicanismo y la libertad colectiva. El expositor recordó que la desconfianza en las masas llevó al diseño de un sistema que impone obstáculos a la democracia directa, como la existencia del Colegio Electoral.
La supresión del voto de millones de afroamericanos, el fomento de un Estado carcelario en respuesta a movimientos civiles y hasta el recorte de presupuesto del Correo para dificultar la llegada de votos en tiempo y forma, son ejemplos de estos obstáculos.
Neoliberalismo, la crisis de 2008 y la respuesta de Obama
“El argumento para entender a Trump tenemos que buscarlo en los límites institucionales de una democracia excluyente y en los efectos que ha producido el neoliberalismo, y la crisis del neoliberalismo, en los últimos años”, dijo Sclofsky.
La respuesta autoritaria de la administración Obama a la crisis de 2008 aparece también como un factor de peso en la victoria de Trump. La asistencia a Wall Street mientras se aplicaban programas de austeridad en los 50 Estados y la eliminación de 1.1 millones de empleos en el sector público durante el primer periodo de Obama, entre otras medidas, alentaron el surgimiento del movimiento ultra conservador Tea Party y la victoria del Partido Republicano en las legislativas de 2010, y sentó las bases para la aparición de Trump en la escena política.
Los bajos salarios plantearon un panorama sombrío para los universitarios egresados con deudas estudiantiles altas. “En 2013, 750.000 graduados con una licenciatura estaban trabajando en la industria del fast-food y el 42 % de los trabajadores de este sector habían, como mínimo, comenzado una carrera universitaria”, apuntó Sclofsky.
Bajo el mandato de Obama, la concentración de la riqueza aumentó a niveles históricos y el PBI para el 90 % de la población restante descendió drásticamente. Para el final del segundo periodo, el 76 % de los estadounidenses tenía una visión negativa del Congreso.
“Al final del día la apuesta de la élite resultó efectiva: a pesar de la retórica de Trump, la élite económica participó activamente del gobierno (…) y se acomodó sin problemas a la retórica y acciones xenófobas y autoritarias de Trump, algo que probablemente no hubiera pasado con (Bernie) Sanders”.
“Como concluye el autor Ingar Solty en su análisis sobre el gobierno de Trump: la derecha extrema y autoritaria que ha surgido en Estados Unidos o Brasil puede parecer una amenaza incontrolable en la campaña electoral, pero al final terminan sirviendo los intereses de la élite en la forma más despiadada”, finalizó.