Uruguay frente a la energía renovable
Si de energías renovables se trata, Uruguay siempre figura en la conversación como uno de los principales líderes regionales y a nivel mundial en la materia.
El formidable 97 % de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables lo sitúan como "un ejemplo para incluso los países europeos de vanguardia", aseguró el catedrático y docente de la carrera Ingeniería Eléctrica de ORT y jefe de proyectos de Hidrógeno Verde en UTE desde 2020, Enrique Briglia.
Por ejemplo, en las últimas semanas, el observatorio de innovación y avances en ingeniería en el sector marino y offshore, Ocean Science & Technology, publicó un índice mundial de innovación en energías renovables en el que Uruguay se destaca en el top 10 en el mundo.
En ese índice, Uruguay está por detrás de algunos países de Sudamérica (Chile y Ecuador), un aspecto con el que el catedrático no está totalmente de acuerdo porque "ninguno de ellos, ni de los que está en ese top 10, es 97 % renovable en el sector eléctrico como sí lo es Uruguay".
"A partir del conflicto con Rusia, su histórico gran abastecedor de energía fósil, la Unión Europea (que también incorporó un objetivo de diversificación energética al objetivo inicial de descarbonización) comenzó a acelerar los procesos de hidrógeno verde, que requiere un sistema de energía renovable que es difícil de gestionar por la variabilidad que tienen los recursos eólico y solar", explicó.
Briglia explicó que se trata de un sistema que Uruguay supo instalar y poner en marcha con "enorme solvencia" desde su primera transformación energética en 2010, con una estrategia nacional a partir del acuerdo entre todos los partidos políticos con representación parlamentaria en aquel entonces, camino a la descarbonización.
Sin embargo, en el estudio —que analiza el número de patentes de energía renovable por país entre 2000 y 2021 frente a factores como el tamaño de la población, el índice de riqueza y el número total de proyectos— Uruguay está octavo, detrás de países menos avanzados.
Y en el Foro de Davos (de los países mejor preparados para la transición energética necesaria para enfrentar el cambio climático), Uruguay cayó 10 lugares del 23 al 33, que en Latinoamérica ahora lo ubican detrás de Brasil (12) y Costa Rica (30).
Pero esto tiene varios matices económicos y ello se explica porque "buena parte de las patentes mencionadas están asociadas a proyectos anunciados y no a proyectos que tengan decisión final de inversión, estén en construcción o en operación".
Hidrógeno Verde
Según el académico, el Hidrógeno Verde está en una etapa de definición de sus reglas de juego, están surgiendo las regulaciones en la Unión Europea y Estados Unidos que definen qué es hidrógeno renovable.
Están apareciendo los primeros mecanismos económicos que permiten franquear el espacio entre los altos costos de producción de Hidrógeno Verde y la disposición a pagar por la demanda.
"Nuestra primera transformación está a la vista y es un caso de ejemplo, incluso para países del primer mundo. Nuestra primera transformación se basó en racionalidad económica: según cuán barato puedas conseguir el combustible fósil es lo que define el costo de tu energía. Cuando uno no tiene fácil acceso al combustible, el camino es la energía renovable que no lo requiere, pero por ella hay que hacer una inversión", indicó.
"Uruguay lo tuvo que hacer porque le era más rentable que importar diésel a costos exorbitantes. En su momento se realizaron licitaciones donde les garantizó a privados comprarle toda la energía que ellos produjeran, esa fue la base de la primera transformación energética.
Proyección a futuro
Pero son contratos desarrollados varios años atrás, con el avance de la tecnología el costo por generar energía renovable va disminuyendo", agregó.
En este sentido, aseguró que Uruguay tiene como puntos a favor para el futuro el sistema ya instalado como su gran activo, más la alta institucionalidad que le da un buen grado de confianza para recibir inversiones.
"Eso lo pone en primera fila para la segunda transformación energética, que tendrá retribución económica a corto y largo plazo", dijo.
Y concluyó: "Lo más interesante de esto es que es el futuro para las generaciones que vienen. Uruguay ya hizo su transformación y adquirió experiencia para cómo seguir".
"Uruguay sea seguramente uno de los primeros en poder exportar metanol u otros combustibles sintéticos, y eso sería sin dudas una gran ventaja para liderar la segunda transformación energética".
La formación en energías renovables es el futuro
Considerando que Uruguay es "objetivamente uno de los países de primera línea a nivel mundial en términos de energía renovable", según indicó el docente, es fundamental la formación en esta especialidad desde la academia.
"En la carrera de Ingeniería Eléctrica tenemos una materia que se denomina Generación Renovable, donde se estudia y se trabaja sobre todos los conceptos vinculados", señaló.
"También existe otra materia que se llama Economía y Energía, en la que se analizan los sistemas óptimos para minimizar el costo de abastecimiento energético, teniendo en cuenta las diferentes fuentes: renovables, térmicas, entre otras; y también las variaciones en la demanda.
Es un aprendizaje clave para entender cómo las energías renovables entran en los diferentes mercados internacionales", añadió.
Asimismo, destacó el aprendizaje que los estudiantes obtienen en la asignatura el Transporte de la Energía, en la que se "estudian los generadores de energía y su incorporación a la red eléctrica, con las restricciones propias de su modelo".
Para el docente, esos son tres conceptos claves para entender cómo funciona la energía renovable, a partir de su generación, el entendimiento del mercado y del transporte.