Durante la conversación, Ambrosoni profundiza en los factores clave que impulsan este liderazgo, los desafíos que enfrenta el país y cómo el rol de la academia y el gobierno ha sido fundamental en esta evolución.
Factores clave del liderazgo en ciberseguridad
Uruguay ha sido reconocido por su enfoque pionero en ciberseguridad, algo que Ambrosoni atribuye en gran medida a una sólida organización gubernamental y una cultura digital profundamente arraigada en la sociedad uruguaya.
"No hay duda de que Agesic (Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento) ha sido una influencia positiva en esta área", destaca.
Esta agencia ha jugado un papel crucial en la implementación de políticas y normativas que regulan el ciberespacio y protegen la infraestructura crítica del país. Ambrosoni también menciona como un pilar fundamental en la prevención y gestión de incidentes en Uruguay el lanzamiento de CERTuy (Equipo de Respuesta ante Emergencias Informáticas) a nivel nacional.
Según Ambrosoni, el hecho de que Uruguay sea un país completamente digital facilita la implementación de estas políticas. "La población uruguaya tiene un conocimiento básico sobre el uso de sistemas, lo que sin duda suma a la hora de gestionar incidentes", comenta.
Según un informe presentado por Agesic, Uruguay ha ascendido 10 posiciones en el Índice de Gobierno Digital de Naciones Unidas, pasando del puesto 35 al 25 a nivel global entre 2022 y 2024. Este avance lo convierte en el país con mayor crecimiento de las Américas en este periodo. Uruguay ha mantenido su liderazgo regional en América Latina y el Caribe en términos de desarrollo digital, con un puntaje de 0.9006 puntos, solo superado en la región por Estados Unidos.
Los factores clave detrás de este crecimiento incluyen mejoras en servicios en línea e infraestructura de telecomunicaciones, además de un avance en el subíndice de Participación Ciudadana Digital, donde Uruguay ocupa el puesto 22 a nivel global.
El informe destaca también iniciativas como la solución de firma digital transfronteriza, que facilita trámites electrónicos avanzados entre distintos países, lo que refuerza la posición de Uruguay como un referente en la región en términos de innovación y digitalización de servicios.
Riesgos y desafíos actuales
A pesar de los avances, Ambrosoni es consciente de los riesgos que enfrenta Uruguay en materia de ciberseguridad. "Uruguay no es ajeno a los riesgos globales. Aunque nuestras infraestructuras críticas no dependen completamente de sistemas cibernéticos, un ataque masivo podría tener graves consecuencias", explica.
La infraestructura crítica, como aeropuertos y represas, no es completamente vulnerable a ataques digitales, pero sigue siendo un área a proteger. Menciona que Uruguay ha trabajado para crear un marco robusto de ciberseguridad que incluye tanto la infraestructura física como la digital, alineando su estrategia con estándares internacionales.
Ambrosoni subraya que, aunque el país tiene una ventaja por su tamaño pequeño, un incidente de gran magnitud podría afectar a una parte significativa de la población. En ese sentido, la prevención y la preparación son fundamentales. "Lo importante es que hemos avanzado en el cumplimiento de normativas legales y en la creación de políticas de seguridad que se alinean con las mejores prácticas internacionales", señala.
Según los datos más recientes del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática (CERTuy), durante el primer semestre de 2024 se registraron 4.772 incidentes de seguridad informática en Uruguay. De estos, solo el 1 % fue clasificado con una severidad "Alta" o "Muy alta". Comparado con el mismo periodo de 2023, se observa un aumento significativo del 122 %, en gran parte debido a mejoras en la detección de incidentes y la expansión de las fuentes de inteligencia de amenazas.
Entre los incidentes más reportados se encuentran los relacionados con la seguridad de la información, que representan el 34 % del total, seguidos por la recolección de información con un 27%, e intrusiones que representan el 14 %. Además, el informe revela que los intentos de intrusión constituyeron el 9 % del total de incidentes.
Comparación regional
A nivel regional, Uruguay se destaca frente a países más grandes como Brasil y México. Ambrosoni atribuye esto a la alfabetización digital y a la estabilidad institucional que ha permitido que las políticas de ciberseguridad continúen mejorando con el tiempo. "Tenemos una población que, en general, está bien alfabetizada y con un buen nivel de cultura digital".
El rol de la academia en la ciberseguridad
Uno de los puntos fuertes de Uruguay en este ámbito ha sido el desarrollo del talento local en ciberseguridad, algo que Ambrosoni considera fundamental. "La academia es clave en la gestión del conocimiento. No se puede gestionar la ciberseguridad a este nivel sin una formación académica sólida", afirma.
Las universidades uruguayas han sido pioneras en la oferta de carreras y especializaciones en ciberseguridad, lo que ha permitido la formación de profesionales capacitados para enfrentar los desafíos actuales. Esta colaboración entre el gobierno, el sector privado y la academia ha sido esencial para posicionar a Uruguay como un líder en la región.
Oportunidades y desafíos futuros
A pesar del avance, Ambrosoni considera que hay mucho por hacer. "Siempre habrá nuevos riesgos por venir, especialmente con la aparición de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial". La rápida evolución tecnológica trae consigo nuevas vulnerabilidades, pero también oportunidades para mejorar las defensas.
Ambrosoni cree que Uruguay debe seguir fomentando la conciencia pública sobre la ciberseguridad, empezando desde la educación básica. "Un programa obligatorio de seguridad de la información desde la escuela tendría un gran impacto", sugiere.
Uruguay se encuentra en una posición privilegiada en términos de ciberseguridad, pero como señala Ambrosoni, "la concientización y la formación continua son claves para mantener y expandir este liderazgo".
A medida que el país continúa enfrentando nuevos desafíos y aprovechando las oportunidades tecnológicas, el enfoque colaborativo entre el gobierno, la academia y la sociedad será crucial para seguir avanzando.