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Aprendizajes, experiencias y desafíos sobre ratio de cobertura de liquidez

22/09/2015
El martes 8 de setiembre de 2015 tuvo lugar el segundo encuentro sobre normativa de riesgo financiero de la Cátedra de Gestión de Riesgos CPA Ferrere.
Aprendizajes, experiencias y desafíos sobre ratio de cobertura de liquidez

El martes 8 de setiembre de 2015 tuvo lugar el segundo encuentro sobre normativa de riesgo financiero de la Cátedra de Gestión de Riesgos CPA Ferrere.

El evento, titulado “Ratio de cobertura de liquidez: experiencias, aprendizajes y principales desafíos para su implementación” se llevó a cabo en el Hemiciclo de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales.

Disertaron el Lic. Alejandro Pena, director de riesgos financieros del Banco Central del Uruguay, y la Dra. Verónica Balzarotti, gerente principal de investigaciones económicas del Banco Central de la República Argentina y miembro del grupo de Riesgo de Liquidez del Comité de Basilea.

Los cocientes RCL y NSFR

La ponencia de Pena estuvo centrada en tres ejes:

1) el contexto histórico que dio lugar a los ratios de liquidez, la descripción del cociente ratio de cobertura de liquidez (RCL) y de sus componentes;

2) el caso particular de la normativa propuesta para Uruguay bajo la hoja de ruta;

3) las particularidades del sistema financiero uruguayo para la implementación de la norma.

La primera parte de la exposición trató la aparición de los cocientes de liquidez RCL y el net stable funding ratio (NSFR), como una respuesta práctica a los principios emitidos por el Comité de Basilea a partir de la crisis de 2007, considerada por algunos autores como una crisis de liquidez del sistema. 

El primero de los cocientes (que en Uruguay se espera tener normatizado hacia fines de 2015, a fin de que las entidades puedan comenzar a reportarlo en 2016 y con entrada en vigencia efectiva en enero de 2017) tiene como principal objetivo garantizar la liquidez de las entidades financieras en el corto plazo (30 días) a través de la venta de activos líquidos de alta calidad. 

El segundo cociente, por su parte, apunta a un horizonte más largo (1 año) admitiendo como instrumentos pasibles de venta algunos de menor liquidez.

El segundo eje de la ponencia resaltó que el RCL viene a reemplazar a la normativa vigente en materia de liquidez mínima, que se calculará por separado en las posiciones en moneda nacional y moneda extranjera relevantes (cuando el pasivo en dicha moneda supere el 5% de los pasivos totales), así como a nivel global agregado. 

Finalmente, en cuanto a las características del sistema financiero local, Pena mencionó haber realizado un análisis de impacto para los bancos públicos y privados, cumpliendo en general todos con los mínimos establecidos por la normativa para el RCL.

Para concluir, resaltó que las colocaciones en el sector financiero internacional a menos de 30 días (que constituye una buena parte de las colocaciones de la banca local) no podrán ser consideradas como ALACs (Advocacy and Legal Advice Centres) como resultado de la normativa, aunque reconoció que es un tema de conversación actual con los bancos.

Estándares internacionales

Por su parte, la Dra. Balzarotti estructuró su presentación en dos partes:

1) los estándares internacionales y el ratio de liquidez;

2) los resultados de la encuesta del Working Group on Liquidity del Comité de Basilea llevada a cabo en 2015, acerca de la aplicación de la normativa en los diferentes países del G20 y las dificultades encontradas.

En la primera parte, Balzarotti comenzó describiendo la hoja de ruta del grupo de trabajo de Basilea en el marco de riesgo de liquidez y volvió a mencionar el cronograma de implementación de los ratios RCL y NSFR.

El primero con entrada en vigencia al 60% en enero de 2015 (100% recién en enero de 2019) y el segundo para ser instrumentado al 100% en enero de 2018. Asimismo, presentó el calendario de implementación de la normativa para la República Argentina y la principal documentación relativa a riesgo de liquidez.

Barzarotti analizó detalladamente los componentes de ALACs, así como los criterios a utilizar para clasificar y ponderar los diferentes flujos de fondos, tanto entrantes como salientes.

Al hablar sobre los flujos netos de fondos que se utilizan en el denominador del RCL, Balzarotti volvió a hacer hincapié en los depósitos operativos. Mencionó como requisitos para que un depósito sea considerado como tal que:

1) el cliente tenga una relación operacional establecida con el banco, ya sea de compensación, custodia o gestión de tesorería;

2) que además el cliente tenga una sustancial dependencia del banco al realizar estas actividades, dependencia garantizada a través de un acuerdo legalmente vinculante y la existencia de barreras a la migración;

3) sea una cuenta específicamente designada para tal fin;

4) los fondos se encuentren disponibles durante el periodo de computo del RCL (30 días). El punto saliente sobre este tema es que no hay un consenso a nivel Comité de Basilea sobre el porcentaje a computar del depósito operativo (ya que depende del tipo de relación cliente banco), quedando esto librado a criterio del supervisor local.   

Para concluir, Balzarotti mostró los resultados de la encuesta del Working Group on Liquidity del Comité de Basilea, llevada a cabo en 2015, acerca de la aplicación de la normativa en los diferentes países del G20 y las dificultades encontradas.

En él se pueden apreciar los diferentes grados de avance y criterios utilizados por cada país en la instrumentación del ratio de cobertura de liquidez.

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